Opinión | Mucho ruido y pocas nueces
Todo comenzó el 23 de abril de 2017, después de que Gareth Bale se lesionase y se perdiese más de un partido y luego forzase para jugar en el Clásico a pesar de que los médicos le aconsejaron que no jugara. El jugador era terco consigo mismo e insistió en jugar el partido, pero, como se esperaba, no pudo completar ni la mitad del encuentro, siendo sustituido en el minuto 39 por Asensio.
El Clásico terminó con una derrota por 3-2, y además, supuso una recaída de su lesión para Bale, de la que le costaría mucho recuperarse a Bale, quedando relegado al banquillo en la final de Cardiff contra la Juventus, donde apenas gozó de unos pocos minutos, sustituyendo a Benzema en el minuto 77.
Vale la pena mencionar que después de ese Clásico, Zidane salió y admitió que Bale le había dicho que estaba listo para jugar. Pero como siempre … No hay fuego sin humo.
Esa temporada terminaría y llegaría la siguiente, llegaría una importante noche europea en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League contra el Paris Saint-Germain. Gareth Bale fue suplente pero fue protagonista de dos situaciones polémicas.
La primera fue cuando Zidane le pidió a Bale que empezase a calentar y se preparara para ingresar al terreno de juego, pero el jugador fue demasiado lento para ejecutar las órdenes del entrenador, y la segunda fue cuando Ramos le pidió que se pusiera de pie para saludar a los fanáticos del Bernabéu, pero el galés ignoró la advertencia de su capitán y se fue directo al vestuario.
Después de ese partido,la confianza entre Bale y el entrenador francés parecía rota, donde el entrenador contaba con él solo en los partidos de La Liga, pero en la Champions League apenas jugaría 36 minutos contra el PSG (en los dos encuentros), luego volvería a estar en el banquillo en el partido de ida contra la Juventus y en el partido de vuelta saldría de inicio, pero sería sustituido al comienzo de la segunda mitad, siendo reemplazado por Asensio. Poco después, en la semifinal contra el Bayern de Múnich de nuevo sería suplente en la ida, disputando apenas unos minutos en la vuelta, ingresando al terreno de juego en el minuto 72 en lugar de Karim Benzema.
En la gran final europea contra el Liverpool en Kiev, Gareth Bale comenzaría de nuevo desde el banquillo, pero tendría la oportunidad de disputar unos minutos en la segunda parte, sustituyendo en el minuto 61 a Isco, y sorprendentemente anotaría dos goles para la historia a pesar de haber sido relegado por su técnico en prácticamente toda la competición europea al banco.
Llegó el verano, y la sorpresa fue doble, al abandonar el club Zidane y Cristiano Ronaldo, fue un shock para todos los madridistas, pero Bale sentía que era su oportunidad de convertirse en el nuevo líder del equipo.
Pero en lugar de liderar al equipo, fue casi la peor temporada para Gareth Bale en el Real Madrid. En LaLiga, el galés jugó en 29 partidos, siendo titular en 21, anotando solo 8 goles y repartiendo 3 asistencias.
Todos sabemos lo que sucedió la pasada temporada, el fracaso en todas las competiciones y el regreso de Zidane en marzo para desarrollar un nuevo proyecto de cara la siguiennte temporada. Y como se esperaba cuando llegó la pretemporada, Gareth Bale estaba fuera de los planes del entrenador, siendo esto públicamente admitido por el propio entrenador en varias ruedas de prensa.
Y de hecho, el traspaso de Gareth Bale era inminente, estaba completamente fuera de los planes de Zidane, estaba a un paso de mudarse a Jiangsu, pero el mercado de fichajes en China se cerró y el jugador finalmente no completó su traspaso. También estaba en el radar del Tottenham y Manchester United, pero también la ventana del mercado inglés se cerró sin moverse a ninguno de ellos.
En el entrenamiento, Bale seguía estando fuera de los planes de Zidane. Todo apuntaba a que acabaría saliendo del Real Madrid.
Pero la baja de Hazard de cara la primera jornada de Liga supuso que en lista de convocados, apareciese por sorpresa el nombre de Gareth Bale, algo increíble después de tantos rumores de salida, pero lo más sorprende no fue que apareciese en la convocatoria, sino que también acabase brillando sobre el césped de Balaidos.
Una semana después el jugador también fue titular contra el Real Valladolid. A pesar de las declaraciones de Zidane contra él y a pesar de su supuesta inminente salida, el jugador comenzaba de titular en los primeros dos encuentros de Laliga.
Actualmente, hay más que una teoría sobre el cambio repentino de actitud entre Bale y Zidane, ya sea porque Zidane tuvo una charla con el jugador para pasar página y el jugador respondió motivado a la invitación del técnico, o simplemente se trata de una estrategia para revalorizarlo de cara a venderlo lo antes posible en el tramo final del mercado de fichajes.
Hubo una gran polémica durante todo el verano entre Bale y Zidane, pero al final parece que el jugador se quedará sin importar la razón.
Mucho ruido y pocas nueces.