Crónica Real | Un gran Leipzig quita el invicto al Madrid
El Leipzig vence por 3-2 a los blancos en Alemania y les obliga a ganar en la última jornada si quiere ser primero de grupo. El Madrid pierde el invicto.
El Leipzig enterró la etiqueta del equipo blanco con un primer cuarto de partido extraordinario, pleno de intención y de velocidad, para meterse en la pelea por el primer puesto del grupo y exigir a los blancos en la última jornada. Las derrotas resaltan la importancia de las bajas, que no fueron menores. Y con todo, pese a no estar cómodo en toda la noche, pese a la falta de intensidad de inicio, tuvo su opción para empatar con 2-1 y acabó salvando la diferencia de goles. Instinto de supervivencia le llaman.
Hubo un tiempo en que ir a Alemania era sinónimo de tortura. Oleadas de germanos inmensos llegando en masa al área hasta empotrar al Madrid en su portería. Durante generaciones aparecían en las pesadillas futbolistas del Bayern, del Kaiserslautern. O del Gladbach, aunque le remontaran en la vuelta. Pues algo similar sintió el madridista antiguo desde el primer tanto, cuando el Leipzig fue más fuerte, más rápido y más alto que el Madrid. No entró mal el equipo de Ancelotti al partido, con un cabezazo de Tchouaméni al lateral de la red, pero desapareció del verde en cuanto recibió el tanto de Gvardiol. El central canceló un paradón de Courtois a remate de André Silva a la salida de un córner, ambos cómodos en el área blanca. Desde ese momento, el Leipzig fue un huracán.
Nkunku fue quien mejor interpretó la debilidad blanca. Listísimo para buscar los espacios a la espalda con su velocidad, pudo anotar al escaparse a la contra, sortear la salida apresurada de Courtois y estrellar el balón en el lateral de la red. El meta belga evitó poco después el tanto de Haidara, increíblemente suelto en la frontal para buscar la rosca. Nada pudo hacer Thibaut al recoger Nkunku un balón defendido con blandura por Tchouaméni y colocar junto al larguero con violencia. 2-0 en 18 minutos.
Anotó Vini el único gol en la primera derrota de la temporada del Madrid. Lo que quiere decir es que si el empate fue una posibilidad tras una arranque nefasto fue gracias al brasileño, que hizo un gol extraño, pero hermoso, de cabeza. La cuestión es lo que no hizo, que es leer correctamente muchas situaciones del partido. Ya no es que falle o no goles, es que en muchas ocasiones no elige lo que más conviene al juego y a su equipo. Es, eso sí, un generador nato, un alborotador de primer nivel mundial, pero más veces de las necesarias toma decisiones erróneas. En cualquier caso, eso parece más fácil de aprender que la definición.
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— Real Madrid C.F. (@realmadrid) October 25, 2022
La ambición de ambos conjuntos abrió el partido de par en par, en un intercambio de ataques precioso para el espectador. Ancelotti relevó a los laterales, mientras Rose cambió a dos piezas ofensivas para recuperar la velocidad en la contra con Werner y Dani Olmo. Alaba volvió a situarse como lateral para aclarar la salida por ese costado, la vía preferida para el ataque madridista.
Pivotó en el borde del área el belga, dejó para Asensio y su centro, un caramelo, llegó a Vinicius, que falló con el pie lo más fácil. Tres minutos después, Alaba perdió en fase ofensiva, Simakán se fue como un cohete y coronó una contra ejemplar al entregar a Werner, también perfecto en el desmarque. Liquidados.
La lógica dictaba que la goleada engrosara en el tramo final. Olmo buscó su jugada en la izquierda y se le fue por poco. Pero el Madrid tiene alma, y lo demostró buscando el tanto hasta el último instante. Rodrygo acabó una contra provocando la parada de Blaswich, y lo siguiente fue una buena acción del brasileño para sacar el penalti a Nkunku, peligroso también en su propia área. El brasileño transformó el penalti, salvó la diferencia de goles y adecentó el tanteador de una mala noche. La tiene cualquiera.
Foto: RONNY HARTMANN/AFP vía Getty Images