Todo Nervio Y Corazón | Derrota dulce

Todo Nervio Y Corazón | Derrota dulce

Sí, todo terminó como dijo nuestro número uno Benjamin Button, muy bien definido así por Alcaide…

¡¿Qué decir del partido de vuelta en casa contra el hasta el martes vigente campeón?! Se dijo mucho por twitter, lo dijo @DJARON10 entre otros, y no encuentro mejor expresión: menuda locura. De nuevo se recibió al equipo en los Sagrados Corazones para recordarles que nunca estarán solos y nuestro apoyo es eterno.

El partido de ida fue un sueño hecho realidad, de esos de los que no se quiere despertar y al mismo tiempo quieres hablarlo con vecinos, compañeros de trabajo, familiares (más si son antis…) y cualquiera que te cruces por la calle, porque son esos momentos en los que te faltan amigos y al mismo tiempo nunca llegarías a tener suficientes. ¿Dónde quedó el travesaño con el 0-0 de Vini en Londres? Igual con el palo al que estrelló el balón Karim en nuestro estadio… Quizá el gorro vintage de Carlo en Inglaterra fue una premonición, dio igual si trasnochados, enchufados, dormidos o frente al mejor Chelsea, el Real Madrid supo cómo darle la vuelta a un partido en casa que durante los noventa minutos reglamentarios el rival fue mejor, pero que en la prórroga se dio un baño de honor, experiencia europea, ganas de equipo e Historia, porque como rezaba el tifo… No juegues con el rey.

Igual que a este Real Madrid cuando juega como los ángeles, Tebas y compañía no nos dejan verlo en la liga española. Las noches europeas son diferentes, el público es diferente, el ambiente no se puede comparar con nada y la comunión de equipo y afición, se refleja en el campo como si del matrimonio más feliz se tratara por muchos disgustos que vivan juntos La visión de 360º de Karim unida a los años cumplidos en sentido inverso de nuestro croata más admirado, provocan infartos, delirios, anginas de pecho, lágrimas, odio y admiración a partes iguales… y en tiempo récord. Bendita locura vivida por un simple deporte que en nuestros corazones es algo mucho mayor que no se puede explicar.

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Foto: Angel Martinez/Getty Images

La master class o clase magistral como prefiere la RAE, se vio y se ve sin razón aparente, quizás, cuando y contra quien menos se espera. En contra de los lloros esperados ya por los culés y lejos de originalidad que si VAR, que si hay que meternos ocho para que no remontemos un 0-3 en vuestra casa… sí, mucho bla bla bla, pero el que pasó a semifinales fue el Real Madrid le pese a quien le pese.

Porque ya sabemos que #ContraTodoYContraTodos, vimos a un Rodrygo que nos devolvió esperanzas; un Eduardo que de nuevo se metió al madridismo en el bolsillo; un Courtois que nos permitió seguir vivos salvando el 0-4; un club de los treinta y tantos que recorrieron más de trece kilómetros; unas lágrimas contenidas de Marcelo como capitán que reflejaba a todo el madridismo en una mirada…

¿¡Qué se puede hacer contra este equipo!? Llamar a Tebas y sus árbitros, porque nada más les puede parar. Y tanto en Sevilla como en Navarra, veremos el ataque a los nuestros más rancio que se pueda esperar, pero hasta entonces solo queda disfrutar de esta resaca dulce, maravillosa, blanca y placentera que nos concede el Rey de Europa por antonomasia, porque pocas veces una derrota supo a tanto y dejó un sabor más dulce.

Texto: @angiemg82
Foto de portada: Real Madrid

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