Sentimiento Real | Zizou, perdónalos
A veces se habla de Zidane con una ligereza y una falta de respeto que me enerva. Él, don Zinedine, que es un caballero, que ama al Real Madrid por encima de todas las cosas, que sabe cuándo echarse a un lado y que vuelve si lo llaman. Zizou, que después de su volea cerró una etapa con otra, la de Bale. Y las dos veces se fue a su casa con una Copa de Europa bajo el brazo. O tres consecutivas. A ver quién lo repite.
Zidane es muy malo porque mete a Lucas Vázquez siempre en el minuto setenta o porque lo pone de titular. Es muy malo porque no ha sido capaz de decirle a los pesos pesados del vestuario que hasta aquí han llegado. Es peor todavía porque dejó que Ceballos terminara en Inglaterra y nuestro noruego favorito en la Real Sociedad. Zidane es muy malo solamente cuando a mí no me gusta lo que hace. Si ganamos tres Copas de Europa seguidas Zidane no es malo, pero tampoco es bueno.
A punto de arrancar noviembre, es demasiado pronto para aventurarse en pronósticos. En la Liga estamos ahí, con las opciones intactas. Y en la Champions, después de un inicio desastroso, hemos conseguido alcanzar la segunda plaza del grupo y respirar un poco. Yo no entiendo tanto de fútbol como para decir si Zidane es bueno o malo. A La Roda no fue capaz de ganarle y eso queda ahí para siempre, por muchas Copas de Europa que haya ganado después. De lo que sí entiendo es de respeto y de memoria.
No se puede hablar de la misma manera de Lopetegui o Benítez que de Zizou. No se puede porque el francés forma parte de la historia del Real Madrid y los otros dos, por no citar más, simplemente son historia. No se puede porque Zidane no es solamente un trabajador del club. Zidane es un enamorado del Real Madrid. Confío en su sentimiento porque sé que se aproxima bastante al mío.
No es culpa suya que la defensa haga aguas y se presenten a los partidos pensando en las musarañas. No es culpa suya que se falle una ocasión de gol detrás de otra. No es culpa suya la plaga de lesiones. O a lo mejor todo es culpa es suya y a mí me cuesta mucho encontrar algo de objetividad en torno a su persona. Yo qué sé.
El caso es que nunca le llamaré inútil ni nada parecido. Mi amor no me lo permite. Zidane me ha hecho feliz tantas veces que sólo puedo mostrarle agradecimiento y respeto. Sólo espero que vuelva su flor, esa con la que fuimos capaces de ganar tres Copas de Europa. Todo lo demás me sobra. La táctica, los cambios, el dibujo…tonterías. Su flor. Con ella somos invencibles.
Foto: JAIME REINA/AFP via Getty Images