Sentimiento Real | Sin fútbol y sin nada más
A veces, cuando con el fútbol no se llega, hay que hacer uso de otros recursos. Por ejemplo, el alma. Ese balón aparentemente inalcanzable puede ser una realidad si se va a por él con todas las ganas. Y si no te haces con la pelota, al menos lo diste todo por ella.
A veces, cuando con el fútbol no se llega, hay que hacer uso de otros recursos. Por ejemplo, el corazón. Puede que todo parezca perdido, que enfrente están el contrario y el reloj, pero echándole un pulso al destino, poniendo todo tu esfuerzo en cada movimiento puede que la situación se revierta. Y si no lo hace, al menos pusiste todo lo que estaba en tus manos.
A veces, cuando con el fútbol no se llega, hay que hacer uso de otros recursos. Por ejemplo, el coraje. Existen partidos en los que el árbitro es sólo una figura contemplativa y el VAR misteriosamente desaparece. Si sabes, porque te ha pasado a ti y lo sabes mejor que nadie, que acaba de suceder una injusticia, defiende tu escudo con los dientes, ve y protesta, echa espuma por la boca. Si nada cambia, porque probablemente nada cambiará, al menos luchaste porque se hiciera injusticia.
A veces, cuando con el fútbol no se llega, hay que hacer uso de otros recursos. Por ejemplo, la fe. Nadie sabe más de esto que el Madrid, aunque últimamente parece que también se ha perdido. El último minuto es tan importante como el primero, ese en el que solemos salir a contemplar el estadio de turno. Si el Madrid cree, el Madrid lo hace. Si el Madrid se sigue hermanando con la indolencia, es un equipo simplón y triste. La fe te lleva allí donde a veces no quiere ir el fútbol.
De Mallorca salimos sin fútbol, sin alma, sin corazón, sin coraje y sin fe. A ver con qué nos presentamos en Estambul.
Foto: JAIME REINA/AFP via Getty Images