Sentimiento Real | Esa droga llamada Real Madrid
Hace un año por estas fechas estábamos celebrando que acabábamos de proclamarnos campeones de Europa por tercera vez consecutiva. Trescientos sesenta y cinco días después celebramos que el Barcelona no va a jugar la final de la Champions y que el Valencia le ganó la Copa del Rey. Cómo cambia la vida. No son un triunfo para el madridismo las debacles del Barcelona, pero sí motivo de alegría siempre.
Nuestra temporada acabó en el mes de marzo. Desde entonces sólo queríamos que pasara el tiempo rápido para que la temporada llegase a su fin. Aún así veíamos todos los partidos, porque esta enfermedad llamada Real Madrid es incurable. Porque eso que dicen los envidiosos de que somos del Madrid porque gana no tienen ni idea del amor que sentimos.
Ahora que todo acabó estoy deseando que empiece de nuevo. No puedo vivir sin la droga que son esos nervios previos a cada partido. Me cuesta pensar que llega el fin de semana y no voy a tener tensión competitiva. Para nosotros acabó todo eso hace tanto tiempo que ya lo echo mucho de menos.
Dejarlo todo durante ese día porque juega el Madrid, planificar cada minuto pensando sólo en el partido, hacer planes o no para luego dependiendo de si hemos ganado o hemos perdido. El ritual de cada uno que nos convierte en supersticiosos sin darnos cuenta. Las promesas que se hacen por si acaso ganamos. La frustración con la que nos vamos a la cama si perdemos y la resaca emocional del día siguiente. Llamar a los mismos para ver el partido o no querer saber de nadie durante el mismo. Esa droga llamada Real Madrid.
Antes de que todo eso vuelva, toca descontar los días de un verano que se va a hacer muy largo. Un verano de mentiras, de rumores, de exclusivas, de «según mis fuentes». De mierdas, en definitiva. No tienen ni idea de lo que se cuece alrededor del Real Madrid. No los compres. Cree sólo en los comunicados oficiales. Todo lo demás es jugar con nuestros sentimientos y está temporada ya lo hemos pasado bastante mal.
Foto: El Español