El Rincón de Apple Tree | Cuenta conmigo
Si hubiéramos apostado por cuál iba ser el máximo anotador del Real Madrid en estos dos partidos iniciales de la serie con Panathinaikos, dudo que estuviera entre los 5 primeros. Doble o nada. Si hacemos la pregunta hoy (respondiendo rápido y sin mirar estadísticas), dudo que se acertara con la respuesta de nuevo. Es tal su aceptación del rol en el equipo que ni aun haciendo dos muy buenos partidos se lleve la atención de los focos.
Así es Jeffery Taylor y así se ha adaptado al equipo de Laso con el que tan bien encaja. Si todos los años se habla de los posibles fichajes de jugadores descollantes (Melli, Micic, Davies) para la plantilla blanca, Taylor agranda temporada a temporada su sitio en el equipo. Ya ha declarado en una entrevista a Lucas Sáez Bravo en El Mundo que él disfruta con su rol en el equipo sin necesidad de protagonismo. Jugadores así no son fáciles de encontrar y menos que consigan un rendimiento tan alto como el de Jeffery Taylor.
Uno ya ha leído o escuchado multitud de veces que se traería a tal o cual jugador. De esos gurús de la pelota gorda que montarían un equipo con estrellas de 2 millones de euros de salario medio. En todo equipo, y más en este Real Madrid, hay un reparto de roles para los que no encuentras tantos candidatos para el trabajo sucio y en la sombra: Jeffery lo es.
Todos nos acordamos de cuando vino al equipo con esa exuberancia física produciendo highlights y pasos de salida a partes iguales. Sus despistes en defensa eran comparables a los uno contra uno que ganaba frenando a su par. Año a año ha ido asentando su juego y ahora es una pieza sólida en el equipo de Laso, sobre todo cuando toca agachar el culo para defender. La tela de araña que teje con Facu y Rudy genera el combustible del que se nutren los parciales que rompen los partidos.
Jeffery Taylor es capaz de marcarse el gorro más contundente sobre Calathes, (que lanza el contraataque más espectacular con pase de espaldas de Facu y mate de Tavares), como de fallar una entrada a aro pasado en la que se queda sorprendentemente solo y pierde la referencia. Así es Jeff, pero no dudes que eso no le despistará de su esfuerzo en defensa la siguiente jugada. Él continuará inalterable en la misión encomendada por Laso.
Los focos (justamente) de estos primeros dos partidos, se los ha llevado el Facu. Eso no quita para destacar la actuación de Jeffery tanto en defensa como en ataque donde está mostrando un altísimo nivel de confianza. Será por la presencia de su amigo Luka Doncic en la grada, pero verlo tirar un triple (¡y meterlo!) en contraataque como si fuera Klay Thompson o Jaycee Carroll es algo a lo que no nos tiene acostumbrados.
En todo equipo ganador que se precie en este baloncesto moderno (y no tanto), hace falta un tipo que desempeñe este rol. Me vienen a la memoria los García Coll y Santos de la racha ganadora de los 90 y no me salta ninguno más hasta este nuevo ciclo «Lasista» con la aportación de Maciulis y ahora Jeff. Será por eso por lo que, además de estrellas, hacen falta especialistas de este tipo para engranar los mecanismos que hacen funcionar al equipo.
Decía Richard Dreyfuss en Cuenta conmigo: “Nunca he vuelto a tener amigos como los que tuve cuando tenía 12 años. Dios mío, ¿los tiene alguien?”. Me aventuro a imaginar que eso es lo que debe de pensar la plantilla del equipo de Laso (y hasta Laso mismo) sobre el bueno de Jeffery Taylor. Un tipo que trabaja por y para el equipo sin mirar su boxscore y que no levanta la voz si no es para animar desde el banco o la cancha. Un compañero de viaje en el que apoyarse siempre a la hora de cambiar de marca en un bloqueo, cerrar el rebote, hacer una ayuda defensiva o agitar la toalla desde el banquillo. Alguien con el que, cuando llegan los momentos claves de la temporada, responde a Laso con un “cuenta conmigo”.