El Real Madrid se desmarca de la Euroliga y no renueva hasta 2036

REAL MADRID
La Euroliga ha conseguido cerrar un nuevo acuerdo con la mayoría de sus clubes accionistas para consolidar su estructura hasta 2036, pero en él no están Real Madrid y FC Barcelona
La Euroliga ha dado un paso importante en su estrategia de consolidación a largo plazo. A través de un comunicado interno filtrado a medios especializados, se ha confirmado que todos los clubes accionistas de la competición, salvo el Real Madrid y el FC Barcelona, han firmado la extensión de su licencia como miembros estables hasta 2036. Esta renovación supone la continuidad del actual modelo de competición cerrada, en el que los principales clubes europeos mantienen plaza fija más allá de los méritos deportivos.
El Real Madrid, uno de los clubes más laureados de la historia de la Euroliga, ha decidido no firmar por el momento. Lejos de tratarse de una cuestión circunstancial, la decisión responde a una postura firme en relación con el modelo de gobernanza de la competición. Fuentes cercanas a la organización señalan que el club blanco ha mostrado reservas respecto al reparto económico, los procesos de toma de decisiones y la dirección estratégica que está tomando la Euroliga bajo su actual estructura empresarial, Euroleague Commercial Assets (ECA).
Esta no es la primera vez que el club presidido por Florentino Pérez marca distancias. Ya en anteriores ediciones se habían manifestado tensiones entre el Real Madrid y la dirección de la Euroliga, sobre todo por la falta de transparencia en la gestión y por la rigidez del modelo cerrado. En ese sentido, la negativa a renovar puede interpretarse como una llamada de atención, e incluso como una palanca para propiciar cambios internos.
Un modelo que no convence a todos
El acuerdo alcanzado por la Euroliga con el resto de clubes establece un marco de estabilidad en el que se refuerza el modelo de licencias de larga duración. Este sistema, sin embargo, ha sido objeto de debate desde su implementación: favorece la continuidad de los clubes históricos, pero también limita el acceso por méritos deportivos y reduce la competencia real en la parte baja de la clasificación.
El Real Madrid, como parte fundamental del ecosistema europeo, no parece dispuesto a aceptar sin condiciones un modelo que considera poco dinámico y alejado del espíritu competitivo que ha defendido históricamente. En un contexto en el que el deporte europeo debate sobre el papel de las competiciones cerradas —ya sea en el fútbol o en el baloncesto—, la postura del club blanco gana aún más relevancia.
Además, hay quienes apuntan a que la visión del Real Madrid va más allá de lo meramente deportivo. El club ya ha demostrado con proyectos como la Superliga europea en fútbol su voluntad de reformar las estructuras tradicionales, y este movimiento en el baloncesto podría leerse en la misma línea.
¿Y ahora qué?
A corto plazo, la decisión del Real Madrid no implica una salida inmediata de la Euroliga. El club sigue compitiendo con normalidad y mantiene su condición de accionista, pero su negativa a firmar la renovación lo sitúa en una posición particular dentro del mapa de poder europeo.
La Euroliga, por su parte, ha optado por comunicar este acuerdo como una muestra de unidad, evitando hacer públicas las diferencias con Barça y Madrid. No obstante, la ausencia de dos de los clubes más representativos del continente lanza un mensaje claro: no todos están satisfechos con el rumbo que ha tomado la competición.
El Real Madrid, fiel a su historia y a su visión de excelencia, vuelve a demostrar que no está dispuesto a aceptar cualquier marco si este no cumple con los principios de ambición, transparencia y competitividad. En un momento clave para el futuro del baloncesto europeo, su postura puede marcar el inicio de una nueva etapa de reflexión sobre cómo debe construirse la Euroliga del futuro.