Perspectiva ante el dolor madridista, PETKOVIC VS HIERRO por Dani Benavides
La eliminación ante el Leganés admite pocos pretextos. La sensación de impotencia del equipo fue un hecho. Y por supuesto nada puede paliar el dolor de un madridista herido. No existe bálsamo en estos momentos. Hay que ser delicado y respetuoso con todo aquel que se siente aturdido, que no da crédito a la situación actual que vive el equipo. Resulta plausible otear la eliminatoria del PSG desde la aflicción, diezmados en lo anímico ante el errabundo transitar ligero y copero. Todo ello amplificado por las burlas de los vecinos y por el sesgo con el que se informa de las derrotas del Madrid. Un sesgo destructivo.
Apuntado lo anterior, he de contradecir ciertas afirmaciones. Los de mi generación sí hemos observado caídas inexplicables del Real Madrid. En la temporada 95/96 nos las prometíamos muy felices después de golear al Rayo Vallecano en la primera jornada de liga por 1-5. El equipo venía de derribar el ciclo del Barcelona y con Raúl, Laudrup y Hierro amenazaba con perpetuarse en el éxito. El eterno rival se había descompuesto con la pérdida del danés.
En cambio, la temporada fue aciaga. Se destituyó al tándem Valdano y Cappa -en aquella época no hallaron soluciones- y Arsenio Iglesias completó la campaña. El equipo finalizó sexto en la liga. Por segunda vez en la historia se quedaba fuera de cualquier competición europea. El Atleti de Pantic hacía doblete. Canteranos como Mutiu o Velasco nos marcaban goles que propiciaban derrotas severas. José Antonio Camacho nos infligía duros repasos en la Copa y en la Liga con el Espanyol.
Por si fuera poco, Ramón Mendoza dejaba la presidencia a mitad de temporada, añadiendo inestabilidad. Se fichaba a Petkovic. Un jugador que apenas disputaría 3 partidos y que, ante el hastío general, el público del Bernabéu llegó a silbar a Hierro en un partido, exigiéndole que cediera el lanzamiento de una falta a “Rambo”. Hierro saldría en rueda de prensa a aleccionar a esos aficionados.
Con una situación de precariedad económica y sin disputar competición europea el club pudo rehacerse en verano y se sentaron las bases para la Copa de Europa de Amsterdam, tan deseada.
Con el anterior episodio se pone de manifiesto que el Real Madrid también ha tenido caídas duras. No es ningún consuelo. Visto en perspectiva se contempla el error de tratar de que un Petkovic se atribuyera la jerarquía de Hierro. ¡Qué sirva como ejemplo!
Habrá que tomar decisiones. Seguro. No a la desesperada. Y antes hay que conjurarse para acabar este año mejor que en la temporada 95/96.
Y por encima de todo, a mí me estimula que se apoye un club en los momentos de poca luz. Me agradó mucho que perdiendo 0-1 ante el Depor, desde la Grada Fans se cantara el “Ahora más que nunca te quiero Real Madrid”.
