Opinión | Zidane, en el país de nunca James

21 junio 2019 - 10:00
Opinión | Zidane, en el país de nunca James

No sé si será el hecho de jugar en Brasil o la tranquilidad de vestir la camiseta de su amada selección cafetera, pero lo cierto es que ver a James Rodríguez portando el 10 de Colombia y dejando detalles de su excelsa calidad evoca aquel verano de 2014 en el que el gran público descubrió a una zurda que ya había impartido clases magistrales en Banfield, Oporto y Mónaco.

 

Florentino se encaprichó de ese chico y no dudó en pagar 75 millones de euros para que llegara a un equipo que acababa de levantar la Décima. En una temporada en la que el Madrid fue de más a menos, James dejó goles y asistencias para la galería. Parecía evidente que su fichaje era más que acertado, aunque la temporada 2015-2016 arrancó con nuevo inquilino en el banquillo de Chamartín, Rafa Benítez, y un debate que vuelve a estar latente estos últimos días: ¿es mejor contar en tu plantilla con el colombiano o con Isco?

 

A mediados de esa segunda campaña de James en Madrid, Zidane tomó el relevo de Benítez. El colombiano fue perdiendo protagonismo en el equipo, en parte porque el galo entendió (gracias a Dios) que en ese once de artistas hacía falta un jornalero como Casemiro. El que pagó los platos rotos fue James, quien en la 2016-2017 se reinventó. Pasó a ser una especie de revulsivo, un jugador al que recurrir cuando los partidos se atascaban. Aquel ‘doblete’ de Liga y Champions se explica, en buena parte, por los partidos del torneo doméstico en los que el colombiano sacó a pasear su zurda para mayor gloria de Morata, Ramos o CR7.

 

Algo sin embargo debió ver Zidane que le llevó a pedir su salida el siguiente verano. El de 2017 no fue un mercado en el que el Madrid acometiera grandes operaciones, por lo que chocaba que James portara el cartel de transferible. Sin necesidad de hacer caja, parecía evidente que su salida respondía más a una cuestión de evitar posibles problemas en el vestuario ante la suplencia reiterada de un crack mundial.

 

En honor a la verdad, en estas campañas, James y el Madrid se han echado de menos mutuamente. El futbolista no ha rendido al nivel esperado en el Bayern, y el equipo blanco ha perdido a ese plan B que le llevaba a remontar encuentros que parecían imposibles. Por eso, con el Real en plena cuesta abajo, no se hizo extraño que el entorno mediático deslizara un posible regreso del cafetero, una opción que se esfumó de golpe con el regreso de Zidane.

 

No seré yo el que cometa la blasfemia de poner en duda a ZZ. Él es quien ve al equipo entrenar, el que convive con los jugadores y quien sabe mejor qué conviene al Real Madrid. Sin embargo, da cierta lástima ver cómo, mientras, el club busca acomodo a un jugador de un talento incuestionable, como quedó patente en el reciente Colombia-Catar de la Copa América, con una asistencia de ensueño a Zapata. Ojalá firme más acciones como esa y ablande el corazón de Zidane, porque, siguiendo el ejemplo de aquella magnífica temporada, el Madrid podría contar con un jugador más que aprovechable y que, además, ya conoce el campeonato y al club. Qué más se puede pedir.

También es relevante...