Opinión Real | Bale, gracias por tu historia
Triunfar en el Real Madrid es un sueño al alcance de unos muy pocos elegidos. Aquí han llegado futbolistas que derrochaban son discusión un talento descomunal, incluso con Balones de Oro bajo el brazo, que no pudieron cumplir las expectativas que exige una institución de dimensiones tan colosales como es el Real. En ese selecto club de los que de su puño y letra han escrito páginas de la historia del conjunto blanco se encuentra, desde ahora, y sin lugar a debate, el galés Gareth Bale. No siento ninguna alegría por su marcha, al contrario.
Me habría encantado verle acabar su contrato en el Madrid, jugando, dando sus imponentes zancadas, marcando goles y repartiendo asistencias. Pero, por unas circunstancias o por otras, esto no ha podido ser. Zidane está en su derecho legítimo de no querer ofrecerle el papel que, para mí visto desde fuera, Bale merecía y podía asumir. Y seguro que el francés tiene sus razones y argumentos.
Quería escribir este texto para transmitir mis enormes agradecimientos a Gareth Bale por los servicios prestados al Real Madrid y al madridismo a lo largo de estos 7 años. Ha sido uno de mis jugadores favoritos. Bale llegó al Bernabéu con galones de estrella, siendo el mejor jugador de la Premier. Y desde entonces ya estuvo marcado y señalado por la prensa española, siempre tan especuladora y gobernada por intereses. Especialmente Alfredo Relaño y el diario MARCA, que entonces dirigía Óscar Campillo, utilizaron a Bale como diana para sus contiendas particulares en contra de Florentino Pérez, pues el galés era una apuesta firme del presidente. Tal debía ser su rencor y resentimiento hacia el máximo mandatario blanco, que utilizaron a un ser humano como blanco fácil, llegando a inventarse cosas tan retorcidas como que tenía una hernia. No fueron solo estos diarios los que atacaron a Bale. Hasta hoy, en España son la gran mayoría de medios los que no han dejado nunca de maltratar a Gareth Bale, con campañas de acoso y persecuciones infundadas. Cada rasgo personal de Bale fue para la prensa un motivo útil para cuestionar al jugador. No fue juzgado nunca por lo que hacía dentro del terreno de juego ni en el ámbito profesional. Se le criticaba continuamente por no comunicarse en exceso con la prensa, por no hablar públicamente en español o por jugar al golf en sus ratos libres.
Bale ha vivido en Madrid bajo una presión casi insostenible, tan fuerte que se hace difícil pensar que no pudiera derribar a cualquiera. Imaginad lo que puede significar para un hombre de familia estar a diario sometido a ese enjuiciamiento popular tan macabro. Tal y como le sucedió a Mourinho. No debe ser fácil soportar estar cada día en el punto de mira de la prensa y de la afición, siendo silbado cada vez que tocas el balón en tu propio estadio mientras buscas con profesionalidad dar lo mejor de tí mismo por el club para el que trabajas. Y no me vale que me digan que «es que juega en el Madrid y esto es lo que hay, para eso le pagan millones». Porque hay límites que no se pueden traspasar, porque pueden hacer daño a una persona. Aunque Gareth siempre se lo ha tomado con mucho humor. Desconozco si Bale «siente los colores». Esas cosas no creo que a los aficionados deban importarnos lo más mínimo, aunque por desgracia el que un jugador deba ser hincha del club para el que trabaja es una idea tóxica demasiado extendida. No quiero jugadores que amen el escudo. Para eso está el aficionado. Quiero jugadores con hambre de ganar, que sean impolutamente profesionales y no decaigan en la desgana o la pereza. Y desde luego, Bale ha sido uno de los jugadores más profesionales en los últimos años. Nunca ha estado fuera de forma, ni ha sido nada común verle trasnochar (algo por lo que paradójicamente también ha llegado a ser criticado), siempre ha entrenado bien y ha rendido en el campo. Ha tenido muchas lesiones, pero no han sido por no cuidarse.
Gareth Bale se va del Real Madrid con números de leyenda absoluta. En 7 temporadas, ha jugado 251 partidos, anotando 105 goles y repartiendo 68 asistencias. Es el 17° máximo goleador de la historia del club, habiendo superado a Ronaldo, Figo, Zidane, Suker, Van Nistelrooy o Zamorano. En cuanto a palmarés, es inmejorable. 4 Champions, 4 Mundiales, 2 Ligas, 1 Copa del Rey, 3 Supercopas de Europa y 2 Supercopas de España. Y en estos títulos, Bale ha sido pieza clave. Ha sido un jugador fundamental en el mejor Real Madrid de la historia después del de Di Stèfano y, sin Gareth, no habrían llegado tantos títulos. Por animadversión y por lo fácilmente manipulable que es la afición del Madrid, nunca nadie (o muy pocos) le ha dado el reconocimiento que merece. Hay que dar las gracias a Bale, ahora que se va. En su primera temporada fue de los mejores. Ganamos aquella Copa del Rey al Barcelona gracias a su brillante cabalgada por la banda de Mestalla, y poco tiempo después marca en Lisboa el gol que nos adelanta en el marcador de la final de la Champions, ante el Atleti y tras 12 años de espera. Contribuye de manera muy firme a la conquista de la Décima y de la Copa, un doblete que marca el inicio de la gran época que vivimos después. En 2016, probablemente fue uno de los 3 mejores jugadores del mundo, y mereció sin duda estar en la terna del Balón de Oro. Nos lleva a Milán con su gol al City y en la final anota su penalti tras haber jugado un partido antológico, ofreciendo un nivel parejo al que había dado a lo largo de la temporada. Al año siguiente las lesiones impiden que pueda ofrecer el mismo nivel, pero es importante en el Madrid del doblete. Y en 2018, pese a que empezó a jugar menos minutos, firma su cuadro más majestuoso. Gracias a Bale, el Madrid gana la final de Kiev, con dos goles para la historia.
Prefiero hacer caso omiso a quienes despiden a Bale como si fuera un villano o alguien que haya sido un lastre para el Madrid cuando es evidente que ha significado todo lo contrario. Yo prefiero despedirme de él agradeciéndole sus prestaciones, que como madridista las he traducido siempre en inmensas alegrías. El Madrid es tu casa, Bale, y con el tiempo tu figura será valorada en su justa medida. Un futbolista que ha marcado una época como jugador blanco. Muy pocos lo consiguen, y que Gareth es historia del Real Madrid es una cosa que no se puede borrar. De todos los momentos, me quedo, sin duda, con su vuelo en forma de acrobacia al cielo de Ucrania para teledirigir con sublime maestría la pelota a la red. Y cuántos preciosos zurdazos en forma de latigazo nos has regalado, esas carreras y testarazos brillantes. Un jugador siempre de equipo, que felicitaba siempre al compañero. Son muchos los que dicen que Bale ha fracasado en el Madrid. Quien diga eso, y permítanme la expresión, no es más que un necio. Nadie en su sano juicio puede realizar tal afirmación. Por mi, ¡que todos los jugadores que vengan fracasen como lo ha hecho Bale! Mucha suerte Gareth en tu nueva etapa y, sobre todo: gracias por tu historia.
Hala Madrid.
Texto: @VictorVikingo_