Opinión | La vuelta al cole
La vuelta a la rutina siempre es dura. Madrugar, ir al trabajo, pasar calor, hacer cosas que no te gustan y un largo etcétera. Pero también tiene sus cosas buenas: volver a ver a tus compañeros, contar esas historias de verano y disfrutar más que nunca de los fines de semana.
Fines de semana en los que juega el Real Madrid. Y eso es sinónimo de debates en Twitter, charlas por WhatsApp y un sinfín de comentarios durante el partido. Como si fuéramos expertos en saber más de fútbol que los propios entrenadores y futbolistas. Costumbres que nunca cambiarán.
Ayer estuve toda la tarde fuera de casa con mi familia. Fuimos a tomar unas cervezas y luego a cenar. A las diez había cita para ver el Real Madrid y no se podía fallar. Constantemente pendiente de la hora. Y, efectivamente, no se falló. A las diez menos cinco estábamos mi padre y yo en el sofá de casa preparados para ver la puesta en escena de Ancelotti. Él a mi derecha y yo a su izquierda. Esas costumbres que nunca cambian y que siempre permanecen. Como la vida misma.
No fue el mejor partido del Madrid ayer. Es normal. Jugar contra un recién ascendido en su casa, con el estadio hasta la bandera, sin los tres tenores (CMK), con el debut de Tchouaméni y Rüdiger como titulares, sin Carvajal ni Rodry… pero con Vinicius. Esa es la clave; Vinicius. Y el que no lo quiera ver es porque es ciego.
Ayer se cascó un partido impresionante. Fue un puñal por banda izquierda. Atraía hasta a 4 defensores, generaba espacio de donde no había, combinaba con Benzema, Mendy, Kroos y si hacía falta hasta con Courtois. Le daba igual. Desde la temporada pasada está intratable. De los mejores del mundo le pese a quien le pese. Nuestro chico de oro.
Al final ganamos. No con facilidad, claro. Pero ganamos. Como es el Madrid; que siempre gana, vaya. Victoria más que merecida pese a las dificultades para que entrara el balón. Cómo se notó que Benzema no estuvo fino, eh. Pero calma, que estamos a 15 de agosto y hay cada uno que le da un ataque porque no hemos goleado, porque Tchouaméni estuvo fallón, porque Kroos no puso bien dos córneres y porque Benzema no marcó tres. No os preocupéis que ya los marcará y en partidos de mayor trascendencia.
Volvió el cole y con ello el Real Madrid. Los domingos de partido. Las reuniones con amigos y familiares. El buen fútbol. Las ganas de ganar. Una nueva temporada empieza para volver a ver al mejor equipo del mundo y disfrutar, pero también sufrir de él a partes iguales. Un amor agridulce que siempre es más dulce que agrio. El Madrid ha vuelto para hacernos sentir del fútbol cosas que nadie o nada pueden hacernos sentir; la grandeza ha vuelto.
Foto: JORGE GUERRERO/AFP via Getty Images