Opinión | Jude Bellingham y el vacío de su ausencia
David Ramos / Getty Images
Es común oír la frase: «uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde». Y es que la ausencia a veces no es lo que te falta, es lo que dejas de tener. Estos dos últimos dos partidos es lo que ha sucedido con Jude
En la exhibición del Real Madrid frente al Girona, la peor noticia paso desapercibida en el éxtasis fruto de la vorágine futbolística del equipo. Jude Bellingham se lesionaba el tobillo en lo que aparentemente no tendría circunstancias importantes. El día siguiente se confirmó que el esguince de tobillo era más grave de lo que parecía y que el inglés se perdería como mínimo dos semanas.
Otro golpe más para esta plantilla en forma de lesión. Es cierto que el madridismo tuvo un pequeño pellizco en el corazón, pero una temporada en la que el equipo encuentra soluciones a cualquier problema, tengo la sensación de que todos pensamos «¿que es una raya más pa un tigre?» que diría C.Tangana.
En lo inmediato, una visita a Leipzig. Comenzaba la fase de la verdad en la competición fetiche del Real Madrid. Típico partido en Alemania que se complica y así fue. Los alemanes imprimieron un ritmo diabólico al partido que superó en muchos momentos al conjunto madridista. El club merengue sobrevivió a esos primeros minutos y fue creciendo en el partido hasta que en la segunda parte Brahim se inventó una genialidad para anotar el 0-1.
Otra vez una solución a un problema. El sustituto de Bellingham marcaba y se abría de brazos en honor a su compañero. Parecía que solo él se acordaba de Jude, nada más lejos de la realidad.
El equipo venció y pudo sentenciar la eliminatoria, pero estuvo lejos del mejor nivel mostrado esta temporada. Puede ser una casualidad o una causalidad. En el futbol pocas son fruto de la aleatoriedad.
Dos victorias en una semana clave y Vallecas en el horizonte. Por si fuese poca leña en el fuego, la noticia de Mbappé. Humo del blanco, pero del blanco Real Madrid que hizo olvidar la ausencia del mejor futbolista del conjunto madridista en lo que va de temporada.
Cinco minutos bastaron en Vallecas para que Joselu hiciese el primer gol de los blancos. Otro que se encarga de recordar a su compañero abriéndose de brazos. Presión intensa, recuperaciones y transiciones. Parecía que el Real Madrid encaminaba el partido a otra goleada. Sin embargo, el balón no quiso entrar y el Rayo encontró el empate. El equipo pareció desconectarse y nunca volvió a mostrar la versión que había alcanzado en el primer tiempo. El equipo y terminó frustrado y con dos puntos menos de los que se esperaban conseguir. Puede ser casualidad o causalidad.
Y es que es difícil sustituir a 28 goles generados. También es complicado encontrar un recambio para el pichichi de la competición liguera. Pero más allá de los números, es imposible remplazar a un líder.
Si los números de Jude Bellingham son impresionantes para su posición en el campo, el carácter que muestra y el liderazgo que ejerce sobre el verde, son una inspiración para la plantilla. El inglés se crece cuando la situación lo requiere y su ambición le impide dar un empate por válido. No le importa cargarse la responsabilidad del equipo a la espalda. Jude es el «hasta el final, vamos Real».
Pero si hablamos en lo táctico, el Real Madrid no pierde un futbolista, pierde 3 en 1.
Jude es el mejor delantero de la plantilla. Dentro del área genera pavor en las defensas. Tiene el olfato goleador de un 9 al uso.
Fuera del área es el centrocampista más ofensivo. Supera líneas en conducción y combinando con sus compañeros. Genera espacios con sus pases y regala goles con asistencias dignas de los mejores pasadores del mundo.
Pero por si fuese poco, en lo defensivo es el encargado de iniciar la presión en algunas ocasiones y, en otras, de replegar en banda. Permite recuperar balones en tres cuartos y sumar un efectivo más en defensa cuando el equipo tiene que replegarse. Ocupa una cantidad de espacio prácticamente inhumana, como si fuese omnipresente. Está en todos lados. Y todo esto, durante los 90, 95, 100 o 120 minutos de partido.
Y a todo esto, el madridismo pierde a uno de sus ídolos. Uno de esos futbolistas por los que pagas una entrada, porque lo que deseas es abrirte de brazos y cantar el «hey Jude» a pleno pulmón.
Como superar la ausencia de un tío que les hace mejor a todos, que nos hace mejor a todos.
Sería imposible de no ser por los futbolistas del Real Madrid, así como por la labor de Carlo Ancelotti y su cuerpo técnico. Hay que poner en valor el esfuerzo del equipo y la competitividad de no poner nunca excusas. Nos hacen creer que somos invencibles esté quien esté y, sobre todo, falte quien falte.
Pero dicho esto, ¡ay Jude, que grande es el vacío que deja tu ausencia!