Opinión | James y Bale, los Amavisca-Zamorano 2.0
Para ser agosto no hace demasiado calor en Madrid, sobre todo si se tiene en cuenta que más de un merengue habrá quemado mentalmente el Santiago Bernabéu después de la vergüenza del derbi con el Atlético en tierras yankees. Entre esas cenizas muchos se empeñan en incluir las de los contratos de James Rodríguez y Gareth Bale, dos jugadores que aún siguen perteneciendo al club de Chamartín.
El excitante ritmo de la rumorología de los fichajes igual pone al colombiano y al galés con los dos pies fuera del Madrid que al día siguiente amanecemos con ambos en la plantilla de esta temporada. Vaya usted a saber quién dice la verdad. Lo único claro es que los dos jugadores ya coincidieron en el vestuario en tiempos pasados con Zinedine Zidane, y eso invita a pensar en que el francés tiene razones (acertadas o no) para no querer contar con ellos.
De un modo u otro, bien haría el entrenador francés en mirar un poco al pasado y al mercado. En el segundo caso para constatar que no hay jugadores ‘fichables’ con las cualidades de James y Bale. Viendo la inflación reinante, ¿cuánto costaría actualmente la versión que exhibió el colombiano en 2014? ¿Y la del extremo de Cardiff en 2013? Devaluados o no, ambos forman parten de la plantilla, son un activo del club y como tal bien haría el Madrid en sacarles partido.
Claro que para ello habría que tratar de reconducir la situación y hacer un ejercicio psicológico con estos dos jugadores para que se sientan importantes y sumen al colectivo. Que actualmente no jugarían en un once inicial de Zidane es tan claro como que habrá muchos partidos y minutos a lo largo del curso para que se ganen un puesto. Y es ahí donde conviene recordar el singular caso protagonizado por José Emilio Amavisca e Iván Zamorano en la temporada 1994-1995.
Aquel verano guardaba ciertos paralelismos con este: el Madrid venía de un año horrible, con un entrenador en el banquillo (Jorge Valdano) que también había conocido la gloria con la camiseta blanca en su etapa de futbolista, y con la necesidad de volver a ilusionar a una parroquia desencantada. Laudrup y Redondo eran los fichajes estrella. Sobre ellos se basaba un proyecto en el que, según dijo el propio Valdano, no tenían cabida Zamorano y Amavisca. El caso del chileno recuerda, en cierta medida, al de Bale. Era un jugador que había sido importante y al que se trataba de colocar en otros destinos a cualquier precio. Finalmente, todo el valor que puso Zamorano en ganarse el sitio lo tuvo Valdano para dar su brazo a torcer. El chileno acabó como ‘Pichichi’ de la Liga (entre sus 28 dianas, un hat-trick al Barça el día en el que la ‘manita’ cambiaba de destino en el puente aéreo) y Amavisca tuvo un papel diferencial en el ataque, ya fuera por banda izquierda o como segundo punta.
Aventurarse a decir que Bale y James van a vestir de blanco este año queda para los amantes de las apuestas. Valgan estas líneas para decir que, primero, no sería demasiado descabellado y, segundo, que ya ha habido casos en los que futbolistas que parecían desahuciados acabaron siendo clave.