Opinión | El talismán Mendy
No cabe ninguna duda que en el fútbol, por encima de todo, importan los goles. Pero tan importante es meterlos como no encajarlos, y para esto último, resulta fundamental tener jugadores que den equilibrio defensivo, y ayuden a dejar la portería a cero el máximo de veces posible. Es por eso que Ferland Mendy, protagonista de este artículo, es tan fundamental en un Real Madrid en el que los focos se los llevan otros futbolistas de técnica más depurada. Pero ni los datos ni las sensaciones engañan; el Madrid de Ancelotti, como en su día el de Zidane, es mucho mejor con Mendy.
Antes de entrar a las estadísticas puras y duras, vayamos con las sensaciones. Mendy le da al Real Madrid una seguridad espectacular, tanto a nivel defensivo como en la salida de balón. ¿Recuerdan algún jugador capaz de amargarle un partido al lateral francés? Y no hablamos de un recién llegado, sino de alguien que lleva tres temporadas en la disciplina madridista. Podrá tener sus días mejores y peores, como todos, pero a la hora de defender no ha existido un extremo rival capaz de desbordarle con facilidad. Y a eso hay que sumarle su atrevimiento para salir con el balón, no ya solo tocando, sino tirando paredes, haciendo regates virtuosos o conduciendo el balón como si fuera el propio Luka Modric. Y eso que para muchos es un jugador «limitado» técnicamente. Aunque en sus inicios en el club lo pareciera, y sin estar al nivel del mejor Marcelo (cosa imposible), Mendy no es un mal jugador con la pelota en los pies, y cada partido mejora en ese aspecto.
Pero lo que más impresiona son los datos del Madrid cuando el francés está en el campo, tanto en esta temporada como desde su llegada al club. En lo que va de temporada 2021/2022, Mendy ha participado en 27 encuentros, y solo ha habido 2 derrotas: contra el PSG en París y contra el Getafe en el Coliseum. Por añadir, ante el equipo getafense solo disputó 45 minutos, por lo que solo en un partido completo ha conocido la derrota. La estadística es más impresionante (aunque no sorprendente) si nos centramos en los goles encajados: sin Mendy, el equipo recibe 1,2 goles por encuentro, con derrotas como el 0-4 ante el Barcelona o los pinchazos sorprendentes ante Sheriff o Espanyol. Con el francés, la media baja a 0,48 goles de media. Una diferencia tan grande, y con un muestreo de tantos partidos, que no puede ser casualidad. Si a eso le sumamos las sensaciones anteriormente mencionadas, queda bastante clara la importancia del lateral galo en un equipo necesitado de solvencia defensiva.
Sin embargo, no se trata de una estadística puntual, ya que si nos vamos a todas las temporadas, los datos son aún más increíbles. Mendy solo suma 12 derrotas en 97 partidos, siendo el tercer jugador de Europa (con al menos 75 titularidades) que menos partidos ha perdido en dicho período. Pero resulta más esclarecedor comprobar que, sin él, el equipo pierde el doble de partidos y encaja el doble de goles, independientemente de quien sea su sustituto. Y no solo eso; además el rendimiento ofensivo no se resiente, e incluso este año ya sabe lo que es marcar un gol, en el campo del Granada para más señas. A veces los datos son casualidad o no reflejan todo, pero en este caso parece eivdente que hay una tendencia: si Mendy juega, el Madrid defiende mejor, pierde menos partidos y el rival lo tiene muy complicado para meter mano a la defensa blanca.
No vamos a restar méritos al resto de defensores, ni al trabajo del entrenador en esa parcela. Faltaría más. Pero al César lo que es del César; desde la llegada de Mendy, el Real Madrid ha subido un escalón a nivel defensivo. A ello ayudan los Casemiro, Valverde, Militao y compañía, pero gran parte de lo que pueden dar estos jugadores, o los futbolistas de ataque, viene gracias a saber que hay un lateral izquierdo siempre atento a la cobertura, que no pierde un duelo ni se deja desbordar. Por eso es importante que los supuestos rumores de una posible salida (impensable ahora mismo) del francés, queden en saco roto. Por su momento de forma e importancia, es tan fundamental como cualquier otro «crack» del equipo.
Foto: Catherine Ivill/Getty Images