#MiradaBlanca | El VAR desde el BAR
Domingo 21 de Enero de 2019, 22;15 horas. Nos encontramos en un bar de Las Rozas en Madrid en el que dos compañeros de trabajo charlan mientras ven, jarra de cerveza en mano, el partido de La Liga que están disputando (y empatando) en el Camp Nou FC Barcelona y Leganés. Justo en ese instante un tiro desde fuera del área de Leo Messi es repelido por Cuéllar y Suárez, cual camión se lleva por delante portero y balón para marcar el 2-1. En ese instante los dos amigos dejan de hablar de sus cosas para centrarse en el partido:
– “Oye Carlos, ¿ tú has visto eso?”
-«Sí, parece que el Barça va a seguir con la racha».
-«¿Pero no crees que ha sido falta?»
-«No sé, a ver si nos ponen la repe…»
Ahora retrocedamos apenas unos días. En este caso en una cafetería de Madrid en la que tanto un servidor como mi compañero Brais charlábamos con el exarquitecto del Chiringuito, Nacho Tellado. Esta entrevista nos dejó múltiples titulares y no tuvo desperdicio pero si fue algo que nos quedó claro a todos es que, a diferencia de penaltis o tarjetas (donde siempre cabe interpretación), los fueras de juego son objetivos, o lo son o no lo son. O al menos creía hasta ver el gol concedido a Luis «El Limpio» Suárez.
A lo largo de los casi 30 años que llevo viendo fútbol he visto goles anulados porque un delantero se caía sobre su rival después al haber sido derribado por otro defensor, goles concedidos después de que el balón saliese más de un metro por la línea de fondo, penaltis señalados pese a que el delantero no es que se cayera solo sino que no tenía ningún rival cerca e incluso otros no señalados pese a que el jugador hacía un despeje que ni el mejor portero de la historia . He visto jugadores expulsados por tocar el balón con la mano por ser derribados por el rival en el área y otros no expulsados pese a pisar alevosamente el tobillo del rival. Sin embargo, en todas estas acciones cambia la excusa que o bien no lo habían visto o bien la jugada era interpretable. Pero me niego a aceptar que esta jugada esté en algunos de estos supuestos. No, el gol de Suárez es, objetivamente, ilegal. Y no solamente una vez sino 3 veces ilegal.
- La jugada es ilegal desde el mismo momento en que Suárez entra al remate. El reglamento de la RFEF dicta que «juego peligroso es toda acción que, al intentar jugar el balón, supone un peligro de lesión para alguna persona (incluyendo al propio jugador)», pues bien si entrar con la pierna en un ángulo de 100º y a pocos centímetros de la cara del portero no entra en este apartado no sé que entraría.
- Pero Suárez no se conforma con eso. Al ver que no llega a tiempo no sólo no retira la pierna (por mucho que Julio Maldonado – me niego a decir Maldini y ensuciar así el apellido de la leyenda milanista), sino que la estira aún más e impacta en el brazo de Cuéllar con tanta potencia que el portero del Leganés acaba introduciéndose el balón en su propia red. Es decir no solamente es falta sino que el delantero del Barça se excedió en el uso de la fuerza corriendo el peligro de lesionar al adversario, es decir, que cometió un juego brusco grave que, según el reglamento está tipificado con… Adivinan… exacto, la expulsión.
- Y la jugada sigue, después de elevar la pierna, golpear con dureza el brazo de Cuéllar y cuando aún el balón no ha entrado, la inercia hace que la rodilla de Luis Suárez impacte de lleno en la cara del portero del Leganés, provocando que el guardameta emeritense se llevase las manos a la cara mientras el público del Camp Nou incitaba a sus jugadores para que le pisasen la cabeza. Reacción (el quedarse tendido de dolor), que además sería calificado posteriormente por el entrenador del Barça, Ernesto Valverde, de haberse producido por «el qué dirán».
Es decir, que Luis Suárez lejos de hacer una falta hizo un tres en uno. Para la gente de mi generación (y para la de la anterior) uno de los videojuegos más míticos fue el Street Fighter, donde si encadenabas varios golpes seguidos se lograban Combos que te daban más puntos. Pues bien, Suárez en esta acción estuvo lo más cerca posible que se puede estar en un campo de hacer un Perfect, aunque eso sí aquí los puntos el que estuvo a punto de llevárselo fue en el brazo el portero del Leganés. Definitivamente hay jugadas que son objetivamente falta.
Pero ahora volvamos a ese bar de Las Rozas (ahora con V) en el que Carlos tras ver un par de veces la repetición no dudó en decirle a su compañero «Nada, nada, tiramos para adelante, todo ok, José Luis».
Foto: AS