Mirada Blanca | Camino al Valhalla
El Real Madrid de Pablo Laso ha vuelto a conseguirlo. El equipo madridista ha logrado meterse en la Final Four de Vitoria por la vía rápida. Ni las previsiones más optimistas podía prever una superioridad tan majestuosa del equipo blanco en una eliminatoria que la mayoría de los analistas afirmaban que en condiciones normales se iría al quinto partido.
Lejos quedan ya las amenazas de esos agoreros que ante la baja de Llull pronosticaban que la eliminación blanca era poco menos que segura y afirmaban que Facundo Campazzo se iba a diluir como un azucarillo ante un Nick Calathes que era el mejor base de todos los tiempos. Pues bien nada de esto ha ocurrido y el Madrid ya está en una nueva fase final de la Euroliga, la tercera consecutiva, la sexta en las ocho temporadas que Pablo Laso lleva en el banquillo madridista.
Cuando se habla del éxito del técnico vitoriano siempre se destacan sus dieciséis títulos y el hecho las finales alcanzadas. Sin duda, la llegada de Pablo Laso en 2011 fue el regreso del equipo a la elite tras más de 25 años fuera de ella, pero si hay algo que hay que destacar es que el Madrid se ha convertido ya en un asiduo entre los cuatro mejores de Europa.
Y es que tanto el número de títulos como el estar año tras año entre la elite europea supone que esto no es fruto de la casualidad sino del trabajo. Un título, incluso europeo, puede ser por una concatenación de circunstancias (vease Limoges) pero ser el segundo equipo -tan solo por detrás de CSKA- que más veces ha estado en una Final Four en esta década está lejos de ser casual.
Hasta que en 2011 el Madrid accedió a la Final Four de Barcelona en aquella convulsa temporada de Messina y Molin, el equipo blanco había estado nada menos que 15 años sin que los blancos pisasen una Final Four (Paris 1996). Aquella Final Four todos sabemos que acabó muy mal con el Madrid apalizado consecutivamente por Maccabi y Siena pero para muchos madridistas significó poco menos que un título europeo y lo saboreamos conscientes de que tal vez no se volviera a repetir. Sin embargo, y pese a la ausencia en la primera temporada de Laso en la Final a Cuatro de Estambul, el equipo blanco no tardaría en convertirse en un asiduo. Los madridistas se meterían, de forma consecutiva, en las de Londres, Milán y Madrid -con un balance de tres finales y un título- y tras su ausencia en Berlin 2016 (aquella de la famosa ovación del Palacio tras la contundente derrota ante Fenerbahçe), los blancos han logrado estar en Estambul, Belgrado y ahora Vitoria.
Resumiendo, 6 Final Four de 8 posibles en la era Laso, 6 de las 7 últimas y 7 de 9 en esta década. Un auténtico hito para un equipo que durante estos años ha perdido a figuras de la talla de Nikola Mirotic (Rising Star 2011 y 2012), Andrés Nocioni (MVP Final Four 2015), Sergio Rodríguez (MVP de la Euroliga 2014) o Luka Doncic (Rising Star 2017 y 2018, MVP de la Euroliga 2018 y MVP Final Four 2018). Eso sin olvidar que en estos últimos dos años no ha podido contar con su gran estrella Sergio Llull en los momentos decisivos, que el año pasado Facundo Campazzo no pudo disputar los Playoffs o la plaga de lesiones que sufrieron los madridistas el año pasado.
Nada de esto ha parado durante estos años a los madridistas y aunque es verdad que en esta temporada europea aún quedan los dos partidos más importantes, lo cierto es que como buen vikingo el equipo blanco ya ha logrado una vez más llegar a ese Valhalla baloncestístico que es el estar, un año más, en el fin de semana por antonomasia del baloncesto europeo.
Foto: Euroleague.net