Las claves de la victoria contra el Bayern Múnich para llegar a la final de la Champions League
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Ha vuelto a pasar, otra vez en el mismo lugar y con el mismo protagonista. El resultado de la ida mostraba un empate a dos y, con el gol de Davies en la segunda mitad, el Real Madrid activó su modo más heroico para firmar una nueva remontada mágica con la que consiguió su billete para la final de Wembley
Sin quererlo ni saberlo, Alphonso Davies incumplió uno de los mandamientos fundamentales cuando visitas el feudo merengue: nunca le hagas un gol al Real Madrid. El equipo de Ancelotti siempre tiende la misma una trampa y es extraña la ocasión en la que no le vemos remontar en el último instante. Una vez más vimos un milagro en el lugar más propicio para ello. El ambiente era inmejorable y, como es entendible, el madridismo enloqueció junto a sus jugadores cuando Joselu se vistió de héroe para protagonizar una remontada que entrará en la historia de la entidad madridista. Pocos confiaban y el Real Madrid lo ha vuelto a demostrar, no solo ha ganado LaLiga sino que está en la final de la Champions League, en la que luchará contra el Borussia Dortmund para levantar la decimoquinta al cielo de Londres.
El ambiente del Santiago Bernabéu
Desde que los jugadores salieron de Valdebebas se sabía que iba a ser una noche para el recuerdo. En primer lugar, cientos de canteranos despidieron a la expedición merengue antes de montarse al autobús que le iba a llevar al Santiago Bernabéu pero antes de llegar se encontraron con una marea blanca formada por miles de madridistas que querían apoyar a los pupilos de Ancelotti con cánticos y bengalas. La avenida de Concha Espina y la Plaza de los Sagrados Corazones fueron conquistadas por madridistas eufóricos ante esta cita europea y eso lo notó el equipo.
Esta inigualable imagen no solo entrara a los anales de la historia merengue como uno de los mejores recibimientos que ha vivido el Real Madrid en los últimos años sino que demuestra esa unión que hay entre la afición y los jugadores. Una vez en el Santiago Bernabéu, la hinchada comenzó a hacerse notar desde el calentamiento para más tarde formar un mosaico espectacular alrededor de todo el estadio cuando los 22 protagonistas saltaron al terreno de juego y escucharon el himno de la Champions League. Es imposible que los jugadores del Bayern Múnich no alucinarán ante tal escenario: un Santiago Bernabéu lleno con un mosaico increíble, el himno de la Champions sonando y en frente el ‘Rey de Europa’ con más ganas que nunca de volver a disputar una final europea.
Era un escenario idílico a la altura de la ocasión, para que luego digan que el Real Madrid no tiene afición. Durante todo el partido vimos como la afición no paró de animar y cuando Davies puso contra las cuerdas al elenco madridista fue cuando más apretó la hinchada. La locura invadiría las almas de los más de 80.000 madridistas presentes en el estadio cuando Joselu metió al Real Madrid en la final de la Champions League con dos goles en apenas dos minutos. En el momento del final del partido, el Bernabéu rugió como nunca lo había hecho porque había vuelto a pasar, habían vuelto a desafiar a la lógica y, en definitiva, habían vivido una noche mágica de las que no se olvidan en la vida.
El nivel de Vinicius Jr y Joselu vistiéndose de héroe
La actuación de Vinicius estuvo a la altura de los mejores jugadores del mundo. El brasileño se convirtió en un auténtico puñal para herir a la defensa germana constantemente e hizo que Kimmich tuviera pesadillas con él. No solo desbordó continuamente al lateral alemán sino que creaba peligro hasta debajo de las piedras, cada vez que Vinicius tenía el balón temblaba Alemania entera. Una vez más volvió a aparecer en una gran noche europea y cuando su equipo más lo necesitaba como lleva haciendo durante toda la temporada. Sin su disparo, Joselu no había podido aprovechar el error de Neuer para anotar el 1-1 y sin la presencia del brasileño seguramente había cambiado el devenir del encuentro totalmente.
Por otra parte tenemos a Joselu, el héroe inesperado de una noche mágica que se quedará en la retina de todos los madridistas por los siglos de los siglos. Tras protagonizar un buen partido con bastantes ocasiones de gol, el Real Madrid se encontraba en sus horas más bajas después de ver como Alphonso Davies desmontaba su sueño de ir a Wembley a por la decimoquinta. Pero llegó él, Joselu Mato. Entró en el minuto 81 por Rodrygo, el héroe de aquella mágica eliminatoria contra el Manchester City en 2022, y parece que el brasileño le transmitió el poderío que utilizó aquella noche para meter al Real Madrid en la final de la Champions League.
En el minuto 88 aprovechó un error de Neuer tras un disparo de Vinicius Jr para empatar la eliminatoria y dos minutos después transformó en gol un centro de Rüdiger para anotar el 2-1 definitivo que ponía al conjunto de Carlo Ancelotti con pie y medio en la final. En principio, el segundo tanto del delantero español fue anulado pero el VAR corrigió correctamente el árbitro. Tenía que ser él, un madridista de corazón que ha luchado durante toda su vida para vivir este momento: Don Joselu Mato. El sufrimiento durante los siguientes minutos fue insufrible, los 9 minutos de añadido se convirtieron en 15 y De Ligt dio el susto con esa polémico acción que terminó en gol y estaba invalidada por fuera de juego.
Otra remontada en el territorio de los milagros
El destino quiso que fuera así y así fue, con sufrimiento e incertidumbre pero también con mucha magia. Volvió a pasar, en el territorio de los milagros, donde la lógica se vuelve irracional y todo puede pasar. La locura invadió al madridismo pero fue por una buena causa. El Bernabéu se vistió de gala porque sabía que esto iba a pasar, ni en el territorio de los milagros se acostumbran a vivir este tipo de locuras.
Otra vez, el Real Madrid remontando mágicamente para llegar a la final de la Champions League. Tratamos de describir lo indescriptible, simplemente hay que vivirlo. Ya es pan de cada día, ahora toca ir a Wembley a por la decimoquinta.