Leyendas Blancas: Santiago Bernabéu, por @elfutboldemarta

23 marzo 2016 - 03:03
Leyendas Blancas: Santiago Bernabéu, por @elfutboldemarta

Don Santiago Bernabéu, con el que inauguramos esta sección, Leyendas Blancas. Una sección en la que cada semana daremos una vuelta por la historia del Real Madrid para rescatar las hazañas de aquellos que se entregaron de corazón a este escudo. Para comenzar, ¿quién mejor que don Santiago Bernabéu, el hombre que cambió para siempre la historia del Real Madrid como institución para convertirla en la más importante de la historia?

Los orígenes de don Santiago

Bernabéu nació un 8 de Junio de 1895 en Almansa, Albacete. Nadie por aquel entonces habría alcanzado a imaginar que aquel día vería el nacimiento del personaje que cambiaría para siempre la historia del Real Madrid. Por su calidad en el campo, por su visión futbolística, por sus dotes mandatarios, por el carisma y la entrega a nuestro escudo, Santiago Bernabéu marcó un antes y un después en estos ya 115 años de historia del Real Madrid.

Su andadura en el club blanco empezó con su fichaje como jugador en el año 1909. Con tan sólo 14 años empezaría a despuntar en las categorías inferiores del Real Madrid, concretamente en el Juvenil del club. Tres años después, en la temporada 1912-1913, Bernabéu formaría parte del primer equipo, compartiendo vestuario con jugadores como Aranguren, Machimbarrena, Castell y Sotelo. En él despuntó como delantero centro por su fortaleza física, sus goles y su pasión a la hora de defender nuestro escudo. Titular indiscutible, su estilo fuerte y su potencia le llevaron a ser el máximo goleador del equipo. En su palmarés como jugador se cuentan nueve Campeonatos Regionales y una Copa de España. Disputó 79 partidos oficiales, los cuales le bastaron para perforar las porterías rivales en 68 ocasiones. Su etapa como jugador finalizaría en 1927 tras quince años derrochando calidad y goles.

Don Santiago siguió ligado al Real Madrid. Había nacido para ello y la historia de esta leyenda no había hecho más que empezar. Tras su retirada como jugador, Bernabéu fue delegado del club y segundo entrenador. Unió su pasión y sus conocimientos futbolísticos con una privilegiada visión para los negocios. Así, pronto formaría parte de la Junta Directiva, cargo que ocupó hasta 1935. La Guerra Civil supuso una pausa en el camino de Bernabéu en el Real Madrid y en el fútbol español en general, pues se abrían grietas difíciles de salvar. El club vio cómo partían la mayoría de sus estrellas, todo ello unido a la falta de estadio y ciudad deportiva. Pero Don Santiago Bernabéu cambiaría el rumbo para hacer realidad sus aspiraciones de convertir al Real Madrid en el mejor club de la historia.

Fue en 1943 cuando don Santiago tomó las riendas del club. El 15 de septiembre de ese mismo año la Junta Directiva le nombraba presidente del Real Madrid, presidencia tras la cual dejaría un legado irrepetible. Desde aquel día la historia de nuestro club cambiaba para siempre, empezando a andar el camino que nos iba a convertir en lo que somos hoy en día, el mejor club de la historia. Para ello Santiago Bernabéu trabajó con la misma dureza y entrega que mostraba en sus años como jugador. Se propuso construir un nuevo estadio, recomponer la maltrecha situación económica del club y realizar los mejores fichajes para el Real Madrid.

De Madrid a la leyenda

El nuevo estadio de Chamartín se inauguró en 1947 tras los esfuerzos del nuevo presidente para dotar de las mejores instalaciones deportivas al club por el que se entregaba día tras día. El estadio que tanto imaginó Bernabéu era ya una realidad, y el Paseo de la Castellana lucía más imperial y majestuoso tras la construcción de éste.

El 4 de enero de 1955 El nuevo estadio de Chamartín cambiaría de nombre para llamarse Estadio Santiago Bernabéu. La Junta General de Socios fue la que eligió que el nombre del jugador y por entonces Presidente fuera el nombre del nuevo estadio del club. A pesar de que Bernabéu rehuía de personalismos, el estadio llevaría su nombre desde ese día y hasta nuestros tiempos. Además el estadio Santiago Bernabéu se prepara ya para su remodelación, una mejoría que supondrá la consolidación de nuestro estadio como el mejor del mundo.

Construidos ya los primeros cimientos del nuevo Real Madrid, Bernabéu quería llenar las vitrinas del nuevo estadio de trofeos. Para ello necesitaba el mejor equipo, formado, evidentemente, por los mejores jugadores del momento. El regalo que llegaría tenía nombre, era argentino y estaba predestinado a ser uno de los mejores jugadores de la historia del Real Madrid, la “saeta rubia”, Don Alfredo Di Stéfano.

El presidente quedó embelesado por aquel juego ultraofensivo y quiso hacerse con los servicios del jugador fuese como fuese. En 1953 fichaba por el Real Madrid y bajo el mandato de Bernabéu, Don Alfredo. Con él, la historia que estaba escribiendo Santiago Bernabéu no hizo más que acelerarse, llevando al Real Madrid a ganar de manera consecutiva las primeras cinco Copas de Europa y empezó a forjar ya en la década de los 50 su reinado europeo que perdura hasta nuestros días.

El fichaje del argentino supuso un cambio en la estructura y el estilo del equipo, pero no fue el único fichaje de oro que Santiago Bernabéu hizo para conseguir al mejor equipo del mundo. Jugadores como Gento, Juanito, Rial, Puskas, Amancio o Del Bosque fueron trasladados al club blanco de la mano de Bernabéu. Todos ellos formaron parte de los “años dorados” del Real Madrid, unos años que precedían a una historia aún por hacer y que como los valores de nuestro club indican, persiste hasta el final.

Don Santiago Bernabéu presidió el club blanco hasta el día de su muerte el 2 de junio de 1978. Una vida entregada al madridismo, con la pasión y el tesón de un corazón que bombeaba sangre blanca. Un paseo de 70 años, 35 presidiéndolo, por el Real Madrid, un paseo cargado de éxitos que plagaron las vitrinas del Estadio Santiago Bernabéu de 16 Ligas, 6 Copas de Europa, 1 Copa Intercontinental, 2 Copas del Mundo y otros tantos éxitos cosechados tanto en fútbol como en baloncesto. Por muy pesados que podamos resultar, don Santiago, GRACIAS.

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