Juegas En Verso | Dios guarde a mi guardián
El reloj del palpitar
de aquel cuco en Portugal,
en su pecho se paraba,
en la hierba, el capitán.
La parada de Casillas,
del milagro del tic tac,
las arterias se marchitan
con la sangre ‘amontoná’.
Manolete en el albero…
o Paquirri en su corná,
el portero se agiganta,
Pozoblanco en el altar.
Del infarto a la camilla,
del suspiro de papá,
cuando Sara en la capilla…
las dos velas dejará.
Los galenos pegan voces,
las sirenas de cristal,
es Oporto vino amargo
de la vida a lo mortal.
Un segundo en una hora,
una hora de hospital,
las sonrisas bombardean
Antonio Carrasco Martín
https://youtu.be/ZZ-aZmzqMXw
Foto: ESPN