Joselu escribe su nombre con letras doradas
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El ariete blanco dio la vuelta a la eliminatoria en apenas tres minutos
Joselu Mato (Stuttgart, 27 de marzo de 1990) ya sabe lo que es hacer historia con el Real Madrid. Ayer, en el Santiago Bernabéu, se contagió de esa vorágine de imposible explicación para derrocar al temido Bayern de Múnich. Sirvió dos tantos al más puro estilo ADN blanco y acabó, como su equipo, a lágrima viva por el billete a la final de Wembley fijada para el próximo 1 de junio. El Borussia Dortmund, último contrincante en busca de la Decimoquinta UEFA Champions League.
De igual modo que en 2022 Rodrygo tomó la batuta y efectuó un doblete magistral con el Manchester City como testigo, la firma del cheque a la final de esta edición de la Liga de Campeones la puso Joselu. Un delantero sin complejos, recalado -durante el pasado verano- en el Madrid en forma de cesión y siempre atento en el área, su segunda casa. Pese a ser el único ‘9’ dentro de la plantilla de Carlo Ancelotti, sus oportunidades le han llegado a cuentagotas. Eso sí, a cada instante sobre el césped le ha sacado lustre. Imperial.
Poco margen, mucho gol
Sin ir más lejos, anoche tan solo disfrutó de 24 minutos. Saltó al ring en el 81′ en detrimento de Fede Valverde cuando el marcador dictaba un 0-1 a favor del cuadro alemán (2-3 en la eliminatoria). Davies, que suma papeletas para fichar por el club de Chamartín en meses venideros, efectuó un tanto digno de pieza de museo… y al Real Madrid no le quedaba otra que remar a contracorriente.
Justo en el momento oportuno, Joselu se colocó el traje de superhéroe y cazó un balón de killer total: falló Neuer al no blocar la pelota tras un disparo potente, su primer error en el encuentro, así las cosas, el delantero español logró derrumbar la portería foránea. No escatimó en recursos, algo que terminó por encender al coliseo blanco.
La remontada, como tantas veces se ha dado cita en el Paseo de la Castellana, empezaba a cristalizarse. Tres minutos después (en el 91′), volvió a aparecer el ex del Espanyol. Rüdiger, ya sumado en el ataque, le colocó una pelota en bandeja, y no perdonó. Fue con suspense al tenerse que revisar por posible fuera de juego, y tras unos segundos de incertidumbre, la celebración se multiplicó por dos. Era uno de esos goles ausentes de belleza pero a rebosar de misticismo en pleno clímax.
El Bayern… anonadado
Ni Tuchel ni el Bayern daban crédito de lo sucedido. A pesar de que aún tenían por delante más de diez minutos de descuento, el batacazo se podía barruntar. Ahí, la hemeroteca habla o, si no, que se lo digan al City, Chelsea o PSG, recientes sufridores del ADN Real Madrid. Tres casos que, a día de hoy, siguen sin respuesta racional posible. Da para un capítulo de ‘Cuarto Milenio’.
Tras el final, el nombre de Joselu prevalecía sobre el resto y todos los jugadores madridistas, además de Ancelotti y su staff técnico, se enfundaron en un abrazo con el goleador de la noche. Y… cómo no, pasó revista en la zona mixta del estadio Santiago Bernabéu: «Al final siempre sueñas con estar en el momento. Es un sueño, hemos acabado viendo otro Bernabéu esta temporada. El míster nos lo dijo antes del partido, que estos partidos se ganan con el corazón», aseveró el crack de las semis de Champions, un Joselu que ya aguarda durante esta temporada un total de 16 dianas en su casillero. Ayer, se coronó.