El Madrid debe celebrar los títulos con mayor intensidad

28 julio 2017 - 05:35
El Madrid debe celebrar los títulos con mayor intensidad

Ayer a la noche, al presentar ciertos síntomas de insomnio, opté por sumergirme en el controvertido mundo de las tertulias. Mi única conjetura consistía en comprobar las excusas peregrinas que se sostendrían para velar la actuación del colegiado Deniz Aytekin, auténtico artífice de que el Barcelona se clasificara para la siguiente eliminatoria, después de superar un 4-0 adverso.

Las expectativas no se vieron defraudadas. Algún contertulio se tomó la licencia de mixtificar la propia realidad, con tal de que el Barcelona saliera incólume del proceso. Por ejemplo, durante 15 minutos de tertulia asistí impávido a lo siguiente: “El penalti a Suárez no tiene ninguna repercusión en la clasificación del Barcelona. Hay que tener en cuenta que los de Luis Enrique todavía debían marcar dos goles más”. Ese entrecomillado se repitió de forma sucesiva con distintas variantes. Tardaron mucho en recibir el aviso de que era incierto. Durante ese tiempo, una persona que no haya podido seguir el encuentro, consideraría muy reducida la responsabilidad del colegiado.

Lo peor no es eso. Lo peor es que cuando el moderador recibe el aviso y advierte a los contertulios de ese error argumental, no fundamentado en los hechos, lejos de variar la tesis con un exculpatorio: “Pues sí, está claro que el colegiado ha resultado decisivo” optó por mantener su misma apreciación: “Pues todavía faltaba un gol”.

El rigor, la exactitud y la procedencia no adquieren importancia cuando hay que aludir a los fallos arbitrales favorables al Barcelona. Las expresiones sentenciosas de compromiso con el perjudicado -incluso cuando estaba un entrenador español en el otro bando- no se asomaron a la escena en ningún momento. Eché en falta afirmaciones características en estos casos: “Hoy el PSG se jugaba la temporada/Realizan una gran inversión como para que un colegiado les prive de competir limpiamente/Es vergonzoso que no exista la tecnología para impedir que un arbitraje tan parcial altere las reglas del juego en el principal título de la temporada/Como el Barcelona es tan bueno no necesita de errores arbitrales tan obscenos como para clasificarse/ Si fuera del Barcelona me avergonzaría de ganar de una forma tan poco legal”.

Nada era así. Para distraer las atenciones, era preferible cargar contra el entrenador del equipo francés. Su planteamiento. Su exceso de prevención. Su falta de valentía. No se le prestó atención cuando Emery llamó la atención sobre el árbitro. Es más, se era axiomático en el juicio hacia él: “Emery no puede hablar de los árbitros. Si lo hace se le tapa la boca con su planteamiento”.

Desconozco la relación causal entre una cosa y otra. Hasta ayer pensaba que los colegiados no se dedicaban a ajusticiar a un entrenador por el hecho de plantear un encuentro de una determinada manera

Toda esta indulgencia con la clasificación del Barcelona viene de lejos. La indefensión para sus rivales reside en que toda la prensa aúna prédicas para defender lo acontecido. Y lo acontecido es muy habitual. Tan habitual que algún Diccionario de Uso debería recogerlo ya que nos permite explicar una realidad notable en el deporte de más trascendencia.

 

Mascherano: Dícese de ese central, que sin ser central se dedica a disimular sus carencias gracias a la venia arbitral con la que cuenta. Un futbolista que llega tarde constantemente y comete penaltis de forma periódica. Actúa con impunidad. Les colegiados le miden de otra forma.

Penalti como solución: Dícese del recurso de que dispone el Barcelona para cuando el partido o la eliminatoria se tuerce. En el caso de ayer si el colegiado no hubiera concedido la caída sospechosa de Luis Suárez, el resultado no se habría dado en ningún caso.

Prolongación: Dícese de una fase de los partidos que según muchos críticos debería comprimirse, sobre todo cuando el Madrid marca goles pasados dos minutos del tiempo reglamentario. Si el Barcelona consigue su gol en el 95, nadie incide en ese aspecto del juego, salvo para acentuar los elogios, la gesta, la hazaña.

 

Cualquier equipo debe sentirse desvalido ante este apoyo al Barcelona que se lleva reproduciendo durante años. Precisamente por ello es obligatorio conceder más valor a los éxitos del Real Madrid. Es cuando más se debe reivindicar los títulos conseguidos en los últimos años. Se deben celebrar con más intensidad y más ahínco. Ganar 1 equivale a ganar 10, por lo milagroso que resulta.

Y sí, os podéis imaginar lo que me ocurrió ayer. No por la clasificación del Barcelona. Sí por la observación detallada de la tertulia en cuestión. Acabé consumido y sin poder conciliar el sueño. Estaba claro.

También es relevante...