Crónicas Vikingas | La espiral descendiente

Crónicas Vikingas | La espiral descendiente

El 8 de marzo de 1994 Trent Reznor y su espléndida creación llamada Nine Inch Nails, maravillaron a fans y crítica con un explosivo disco de rock industrial, conceptual lleno de matices sonoros y vomitando rabia y talento a partes iguales. Reznor y sus secuaces alumbraron una obra clave de los añorados 90 donde todos los fantasmas internos y obsesiones de la atormentada mente del artista conjugaban a la perfección.

«The Downward Spiral» surgió en una época donde Reznor peligrosamente jugueteaba con las drogas viviendo una etapa de oscuridad y de sazón que plasmó de forma impecable en cortes ya inmortales como la desoladora y bellísima Hurt, Mr.Self Destruct, March of The Pigs y otros marcados por un descarnado toque sexual como Closer.

El disco consagró a la banda y convirtió a su líder en uno de los artistas más respetados de la profesión por su innegable talento y versatilidad, ya que además de cantante y letrista tocaba varios instrumentos y ejercía de mentor y productor de Marilyn Manson.

Esta pequeña introducción sobre una de mis bandas fetiche viene a colación de la acuciante espiral descendente que sufre el Madrid desde hace un par de años coincidiendo con la final de Kiev y la marcha del que posiblemente es el jugador más importante de nuestra historia junto a la inmortal Saeta Rubia… En algún artículo anterior ya relataba mis dudas a que jugadores tan ciclotímicos como Karim y Bale lograran mantener el ritmo goleador como la dirección del Club pensó el año pasado además de apostar por la eclosión final de Isco o Asensio, siendo el resultado el que todos sabemos.

De todas las variables posibles solo Benzema ha dado el paso adelante incluso superior a lo esperado cara a puerta en un jugador diferente, asociativo y de clase infinita, pero sin el olfato goleador de los grandes arietes todo lo contrario que el antiguo Expreso de Gales siempre envuelto en un mar de lesiones e intrascendencia desoladora. El curso actual trajo las incorporaciones para paliar el gran déficit de un jugador top como Hazard más asistente que goleador, y la apuesta de Jovic como nueve (reserva) enorme decepción por su frialdad y que da la impresión de estar más que superado por el peso de la casaca blanca. Con la mala suerte de las continuas lesiones de Hazard y el desplome definitivo del galés (dos goles en Liga en un mismo partido y en septiembre) el panorama vuelve a ser demoledor y nos vemos otra vez jugándonos todo con un falso nueve y con ilusionantes niños, pero sin el cuajo necesario, viviendo otro año más al filo del abismo y la decepción en cuánto a títulos gordos se refiere.

A falta de ver el resultado final del curso, si se juega, creo que es una opinión unánime en el madridismo de que ya es hora de volver a contar con un gran nueve de referencia, alguien con cara de malas pulgas a la vieja usanza y que meta goles como si le fuera la vida en ello, ya que aunque muchos adoremos el arte de Karim y nos guste Pink Floyd como al redactor jefe bolivariano, va siendo hora también de tener a alguien que sonara con los acordes más acelerados de Ministry, Maiden o Rage Against.

The Machine. Rock on Florentino!!!

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