Blanco Y En Botella | Gales, Golf, Madrid… En este orden
Cuando aún no se han apagado los ecos de la polémica artificial montada en Prensa Nostra con la convocatoria de Gareth Bale con su país para la disputa de los últimos partidos de calificación para la Eurocopa 2020 y sobre todo, tras la burda manipulación de sus palabras en una rueda de prensa en su país, la bilis periodística ha alcanzado unas cotas literalmente de infarto tras las imágenes de Bale celebrando el pase a la Fase Final del citado campeonato.
Una celebración, en la que el jugador de Cardiff, acompañado de varios de sus compañeros de selección, mostraban orgullosos una bandera de su país con el texto “Wales, Golf, Madrid. In that order” (Gales, Golf, Madrid. En ese orden), las presuntas prioridades profesionales de Bale, tan cacareadas por la canallesca española y que, por lo que se ha podido ver este fin de semana, han tenido eco en el pequeño país británico.
De hecho, durante la disputa del partido ante Azerbaiyán del pasado sábado, en el que Bale disputó algo más de 50 minutos, la gente cantó de forma divertida ese mismo eslogan “Gales, Golf, Madrid” durante varias fases del encuentro.
Unas palabras que cualquiera con dos dedos de frente podría intuir, iban dirigidas a la prensa española pero que ésta, tan ensoberbecida y en plena cacería, quiso vender que eran contra Bale, la estrella de la selección gales y alma mater de ese equipo.
Y es que quizás los miembros de La Manada mediática (término felizmente acuñado por el gran tuitero madridista @cabaislois y al que recomiendo seguir encarecidamente) no lo crean, pero la gente en Gales, como mucho madridista en España, empieza a estar hasta los mismísimos de esta cacería infernal, de esta campaña de acoso y derribo que no veía desde los tiempos de José Mourinho en Madrid, esto es, hace ya casi 10 años.
Hartos de la Prensa
Visto lo visto, da la sensación de que mucha gente en Gales, seguramente llevada por esa “flema británica” y su particular sentido del humor, se ha cansado de las sandeces de tanta basura mediática que, llevada por ese conocido afán de venganza porque Bale ni da entrevistas ni filtra alineaciones, ha llevado su cruzada contra la estrella de ese país a un nivel de indecencia moral e intelectual inéditos hasta la fecha.
No ya porque se le tache de mal profesional y se le haya acusado de subvertir el orden de prioridades en su vida profesional sino por el delito de lesa patria que supone que le guste jugar el golf en sus horas libres.
Entiendo que es mejor cerrar el Buddah Bar a altas horas de la madrugada o salir hasta las tantas. O incluso ir borracho a los entrenamientos, pero de ahí a llamarle cosas como “despojo humano”, “sinvergüenza”, “jeta”, “tolili” o “mentiroso”, hay un abismo que nadie está obligado a tolerar. Ni siquiera por cobrar lo que dicen que cobra, nadie está obligado a soportar estas continuas faltas de respeto.
Las mentiras de una convocatoria infernal
No voy a abundar mucho en el tema porque ya se ha comentado hasta la saciedad que Bale no podía negarse a acudir con su selección ni tampoco que se haya estado recuperando, entrenando en solitario y en el gimnasio para ponerse en forma, pese a que muchos juntaletras han vendido poco menos que Bale ha estado un mes prácticamente de vacaciones.
Como tampoco voy a comentar -entre otras cosas, porque ya lo hizo el propio Zidane- que Bale no pudo jugar ante el Eibar no porque no quisiese arriesgarse a una lesión que le habría llevado a perderse los partidos con Gales sino porque, aunque contaba con el alta médica, no tenía aún el alta competitiva para ese partido.
Del mismo modo, obviaré que sólo la casualidad de que haya habido un nuevo parón cuando estaba a punto de recuperarse, impidió al galés estar a punto y a las órdenes de Zidane de haber habido partido con el Real Madrid esta misma semana y que, sin embargo, los plazos han jugado en su favor para poder estar disponible para Giggs, tras casi una semana extra de recuperación.
Pedja Mijatovic, el bocazas
Lo que no voy a pasar por alto fueron las palabras, absolutamente intolerables e indefendibles de Pedja Mijatovic, que parece haber olvidado que antes que un pésimo director deportivo y un nefasto comunicador, fue jugador profesional de fútbol y, para más “inri” del Real Madrid.
Nunca entendí por qué Pedja, al que hay que agradecer sin duda el gol de la Séptima (al igual que a otros jugadores de ese equipo) pero que apenas estuvo tres temporadas en el club y no brilló precisamente de forma destacada, tiene ese predicamento entre parte del Madridismo. Pero el caso es que Manu Carreño lo sabe y le usa periódicamente de forma descarada como arma arrojadiza contra el club. Y con Bale no fue una excepción.
Sus palabras en El Larguero, en las que dijo exactamente que las prioridades vitales de Bale eran por ese orden “Gales, el golf y después el Real Madrid”, se hicieron de alguna forma virales y se convirtieron en un mantra que muchos repitieron para atacar al jugador galés, aprovechando su presencia en la concentración de su país.
Y tras manipular burdamente su rueda de prensa del viernes, en la que se dijo falsamente que él se sentía más “emocionado” por jugar con Gales que con el Real Madrid (al que nunca citó en sus declaraciones pero que la prensa sí lo hizo para malmeter de nuevo contra él), los fans de Bale en su país se tomaron a guasa ese mantra y lo hicieron suyo de forma sarcástica, cantándolo durante el partido ante Eslovaquia.
Por eso, el jugador se lo tomó igualmente a risa y, tras hacerse eco de ese cántico, no dudó en posar tras su partido ante Hungría y que le ha dado la clasificación matemática para la Euro 2020, con la pancarta de marras, como una forma de reivindicación y sobre todo, de demostrarle a la prensa española, Prensa Nostra, que le importa una higa lo que digan de él.
Sin embargo, en España ya se quiere vender como que el galés se está mofando del Real Madrid y sus aficionados pero sinceramente, creo que esta vez este nuevo aquelarre que le están montando ya, va a tener menor recorrido aún que el de sus presuntas declaraciones del viernes.
Porque no, no os engañéis y que no os engañen, esa pancarta iba dirigida en exclusiva a Pedja Mijatovic, a Carreño, a Lama, a Castaño, a De la Morena y, en definitiva, a todos aquellos que, día tras día y hora tras hora, se han dedicado sistemáticamente a insultarle de todas las formas posibles, a dudar de su profesionalidad y de su compromiso para con el club que le paga.
Bale se ha hartado de decir por activa y por pasiva que ama a este club, que está a gustísimo en Madrid y que, si bien en la vida hay también otras cosas importantes y que ganar dinero a espuertas es maravilloso pero a veces no te hace feliz del todo (que le pregunten a Morata o a Abrines o Ricky Rubio, por ejemplo), siempre ha defendido a este club, a su escudo y a su camiseta, a pesar de los pesares.