#ApuntesDeLaHistoria | Puskas

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RECORDANDO A PUSKAS

Cuando Ferenc Purczeld Bíró llegó al Real Madrid en el año 1958 superaba la treintena, llevaba algo más de un año sin jugar al fútbol y tenía sobrepeso. A esa edad y con aquel físico se asemejaba a un ex jugador con catorce temporadas de experiencia a sus espaldas en el Honved de Budapest y con poco futuro por delante. Pero Don Santiago Bernabéu, que de fútbol sabía un poco y que tenía buen ojo con los futbolistas, lo reclutó para jugar en el estadio que ya llevaba su nombre. Puskas aterrizaba en el equipo del vigente Campeón de Europa. De hecho, llegaba al equipo que había ganado las tres ediciones de la máxima competición continental que se habían disputado hasta ese momento. Entró en un vestuario de leyenda en el que ya estaban Alfredo Di Stéfano, Gento, Zarraga, Juanito Alonso, Marquitos, Héctor Rial… Pronto, aquel húngaro veterano de oronda figura también pasaría a ser leyenda junto a todos ellos…

O, mejor dicho, prolongaría su leyenda hasta lo más alto. Ferenc Puskas, en realidad, ya había conseguido alcanzar el estatus de genio futbolístico antes de llegar a Madrid. Nacido en Budapest el 2 de abril de 1927, Puskas obtuvo reconocimiento como delantero en las filas del Honved. Ganó la Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Helsinki en el año 1952 y formó parte de la Selección de Hungría que maravilló en los cincuenta y que fue finalista del Mundial de 1954 que se disputó en Suiza. Los ‘magiares mágicos’, como se les denominaba, causaron sensación con aquel equipo de ensueño en el que, además de Puskas, figuraban futbolistas de la talla de Czibor o Kocsis. Los húngaros cayeron en el último encuentro 3-2 con Alemania Federal, selección a la que en la fase de grupos habían goleado 8-3. No se llevaron el triunfo final pero sí que recibieron un reconocimiento que les hizo pasar a los libros de historia.

En 1956 los acontecimientos políticos derivados de la revolución de Hungría propiciaron que no regresara a su país. Sobre él recayó una sanción de FIFA y UEFA con la que terminaba prácticamente retirado de la práctica del fútbol y exiliado. Una complicada situación personal de la que saldría adelante gracias al Real Madrid.

Suelen contar que cuando llegó a Madrid el técnico argentino Luis Antonio Carniglia no tenía muy claro que se pudiese recuperar al astro húngaro. “Está muy gordo. ¿Qué hago con él?”, preguntaba el entrenador. “Ponlo a entrenar”, le contestaron. Si Don Santiago decía que valía, es que valía. A Puskas le recibieron bien sus nuevos compañeros de vestuario, que le ayudaron con la integración y el idioma. Puskas perdió los 16 kilos que le sobraban y en cuanto se puso a pegarle patadas al balón se comprobó que quien tuvo retuvo y que aún se le podía sacar provecho. Vaya que sí…. Debutó con la camiseta blanca en competición oficial en septiembre de 1958, en la primera jornada de Liga de la temporada 1958-59. Ganó el Real Madrid 1-2 en el campo de Las Palmas. En la segunda jornada el Madrid ganó 5-1 al Sporting… Puskas hizo un ‘hat trick’. Aquellos serían sus primeros goles con la camiseta blanca. Y no fueron los últimos…

Ferenc Puskas fue un goleador formidable. Su físico condicionaba en cierto modo su forma de jugar. No era un futbolista rápido en carrera, resultaba evidente, aunque su capacidad de arranque sí que era explosiva. Eso sí, no le gustaba correr a por la pelota y prefería que se la pasaran al pie. En ese sentido le beneficiaba tener compañeros con buen nivel futbolístico. Y en el Madrid los tuvo. Su manejo del esférico en los espacios cortos era muy bueno. Muy preciso. Tenía un pie pequeño, pero acertaba a golpear el balón con una fuerza descomunal. De ahí el sobrenombre que le puso su compañero Di Stéfano y por el que muchos le recuerdan, el de “Cañoncito Pum”. Y es que Puskas tenía un cañón en su pierna izquierda. Por buscar una similitud, en los metros finales Puskas sería como ver a Roberto Carlos jugando de delantero centro frente a la portería. Y enchufándolas todas, gol tras gol, claro… Su capacidad goleadora no tenía límites.

Aquella temporada 1958-59, su primera campaña en el Real Madrid, fue la que juntó a la mítica delantera que todos recitan de memoria: Puskas, Di Stéfano, Rial, Kopa y Gento. La racha del Real Madrid en el ámbito internacional se iba a prolongar y a Puskas le dio tiempo a ganar dos Copas de Europa de la serie de cinco consecutivas que se adjudicó el club blanco entre 1956 y 1960.

Ferenc Puskas llegó a ser protagonista en la gran Final de 1960 en la que el Real Madrid venció por 7-3 al Eintrach de Frankfurt. Fue el 18 de mayo de 1960 en Glasgow. Di Stéfano marcó tres de los goles y Puskas anotó cuatro. Un encuentro que pasó a la Historia y del que siempre se recuerda que la BBC británica lo emitió durante años cada vez que llegaba Navidad. Quizás el partido más emblemático de la historia de la competición y con Puskas siendo una de sus figuras.

Fueron buenos años para el Real Madrid. En 1960 terminaría la racha triunfal de las Copas de Europa pero en España el equipo seguiría dando alegrías a su afición. Se empezó otra racha triunfal en la que Puskas volvería a ser una de las piezas principales, la de las cinco Ligas consecutivas (1960-61, 1961-62, 1962-63, 1963-64 y 1964-65). También cayó una Copa, en la temporada 1961-62. Y a nivel individual el húngaro destacó en las tablas de los máximos realizadores de una época en la que Di Stéfano y él se repartieron los Trofeos Pichichi. Cuatro fueron para nuestro protagonista.

‘Pancho’ Puskas, que ya era todo un veterano en su etapa inicial como madridista, pasó de compartir vestuario con las estrellas del gran Real Madrid de los años cincuenta a hacerlo con los jóvenes del equipo ‘Ye-yé’. No sólo Gento ejerció de cicerone con los Pirri, Velázquez, De Felipe y compañía… Con ellos también estaba todo un ídolo como Puskas. Él también fue Campeón de Europa en el año 1966. Jugaba ya menos, claro está. Y es que la edad no perdonaba… En la temporada 1966-67 su presencia ya era testimonial y no llegó a intervenir en competición oficial.

Cuando se retiró, Ferenc Puskas había completado una excelente etapa en el Real Madrid. Había vivido una segunda juventud. Llegó al Real Madrid con 31 años y rindió al máximo nivel prolongando su carrera deportiva hasta casi los cuarenta años. La longevidad de esa carrera deportiva le vino muy bien al Real Madrid. Mereció la pena vestir de blanco al húngaro. Una vez más, Don Santiago Bernabéu había acertado.

Se le tributó un partido homenaje el lunes 26 de mayo de 1969 en un choque frente al Rapid de Viena que concluyó con marcador favorable al Real Madrid por 4-2. Puskas recibió la medalla de plata al mérito deportivo y recibió los aplausos del público que tanto había disfrutado con sus goles durante tantos años…

Un estudio de la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol le proclamó máximo goleador del Siglo XX contabilizando los registros de los partidos de competición oficial. 512 goles en 528 partidos. Cifras de vértigo para quien muchos aseguran que ha sido el mejor delantero de todos los tiempos.

Ferenc Puskas jugó 262 partidos oficiales con la camiseta del Real Madrid y marcó 242 goles. Ganó 3 Copas de Europa, 1 Copa Intercontinental, 6 Ligas y 1 Copa como madridista. Fue Pichichi de la Liga española en cuatro ocasiones.

Texto: @Rancoma_

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