Ahora, que se disculpen con Camavinga y con el Madrid
Hace un año, cuando el Francés era suplente y lo hacía “mal” desde el momento en el que era titularizado, los antis no perdían ni un minuto para criticar al jugador y al club. En algunas partes del territorio nacional o en su provincia, en Francia, Eduardo Camavinga no lo había hecho bien fichando por el Real Madrid…
Y hoy, hacen la vista gorda. Normal, con la temporada que está haciendo el chaval, ya no pueden decir nada. ¿Qué si mediocentro? Pues la rompe. ¿Qué puede jugar también de pivote? Pues claro, y es de los mejores de la plantilla. ¡¿Qué también le pueden poner de lateral zurdo?! Claro, este jugador es la definición perfecta del crack. Y mira que no valía para nada…
¿Pero sabéis cuál es el problema? Es que en el fútbol, la paciencia no existe y, además, los que hablan y opinan, no saben de qué va todo esto. ¿Cuántas veces hemos oído por parte de alguna prensa y/o alguna afición de que no tenía el nivel para jugar en este equipo o que no conseguía imponerse en el once porque no tenía tanto talento? Pero, por favor, un poco de paciencia.
Paciencia. Esa consigna que sí tiene el Real Madrid. Cuando Camavinga fichó, el jugador sabía dónde se metía. Sabía que el proceso iba para largo – cuando finalmente fue bastante corto (necesitar una temporada y media de adaptación en el mejor club del mundo, en el análisis final de su carrera, no es nada). El francés vino al Real Madrid porque tenía un sueño y porque quería aprender de los mejores para ser, un día, uno de los más relevantes de este deporte. Lo tiene todo para triunfar: talento, mentalidad, espíritu trabajador, paciencia y compromiso. Los mismos valores que el club blanco. Además, ha compartido vestuario una temporada con el “triángulo del Bermudo”, y, en la otra, sigue aprendiendo de Kroos y Modric.
Con el número 12 en la espalda, el francés asombra a los rivales. Ese 12 que llevó durante más de una década una de las leyendas de este club: Marcelo. Hoy, el número ha encontrado el heredero perfecto en Camavinga. Es un jugador multifuncional, que hace maravillas en su puesto de predilección, además de hacerlo cuando juega en la posición del Brasileño. Eso, de facto, tranquiliza también a los que apostaron por ficharle en aquel verano del 2021 – al rededor de los 40 kilos. Una excelente inversión, que también fue criticada, como siempre cuando el Madrid apuesta por un joven.
Ahora, que se disculpen con Camavinga por no confiar y con el Madrid por criticarle – como siempre – cuando hace una inversión y/o una apuesta. De todas formas, siempre lo hace mal el Real Madrid, hasta cuando gana copas de Europa. Y claro que lo iba a hacer mal Camavinga fichando por el club blanco. Eso sí, su hubiera sido otro equipo en España o en Europa, el relato hubiera sido distinto. Recordad el pasado verano, el de las palancas, cuando el Barça lo hizo todo fantástico. Pero cuando miramos los hechos, muchos jugadores que llegaron en ese momento no dan la talla – aunque vayan a ganar la liga. También como cuando decían que Ansu Fati iba a comerse a Vinicius Jr… En fin. El relato. Mejor ni mu y centrarse en la Decimoquinta donde Camavinga será trascendental.
Foto: Michael Regan/Getty Images