Supercopa 2019 | El Madrid se reivindica y tumba al Barça de Mirotic (89-79)
El Real Madrid y el FC Barcelona se enfrentaban en el primer clásico de la temporada en la final de la Supercopa Endesa, tras vencer en semifinales al Fuenla. Con el aliciente de ver a Nikola Mirotic visitando la que fue durante varias temporadas, el Madrid de Laso tenía el reto de batir en el primer título nacional en disputa, al megaproyecto culé, una plantilla estratosférica plagada de estrellas del basket FIBA tras las contrataciones de Abrines, Higgins, Davies, Delaney y el propio Niko.
Con un quinteto inicial formado por Campazzo, Carroll, Taylor, Randolph y Tavares, el Real Madrid comenzó el partido muy acelerado, malas decisiones y muchas imprecisiones en el tiro. Un triple de Mirotic hacía disparar rápidamente los decibelios del WiZink. Con una buena penetración de Campazzo, los blancos rompían el parcial inicial de 0-6 favorable a los azulgrana (2-6, min. 4). Pero como viene siendo habitual en los últimos enfrentamientos entre estos dos equipos, se volvía a vislumbrar que el tanteo del encuentro volvería a ser bajo. A mitad del cuarto, la igualdad ya era total (8-8, min. 5).
El Madrid, liderado en fase ofensiva por Carroll y Campazzo, con 7 y 5 puntos en este cuarto, poco a poco fue ganando en intensidad en ambos lados de la cancha, controlando el rebote gracias a la figura de Tavares, pero el talento individual de jugadores como Higgins, Davies o Delaney, evitaban que el conjunto madridista pegase un arreón importante al encuentro al final del primer cuarto, reduciendo la desventaja a solamente un punto (21-20, min. 10).
El segundo cuarto se iniciaba con los madridistas mucho más enchufados. Rudy se mostraba muy acertado desde el triple, y Mickey empezaba a hacer daño debajo del aro, ante el siempre apático Tomic, e incluso se animaba a encestar desde más allá del 6,75 (29-20, min. 13). Los de Pesic se encomendaban a Mirotic, que anotaba otro triple, pero la ventaja madridista parecía estabilizada en los 9-11 puntos, con Llull y Mickey como grandes protagonistas, asumiendo la responsabilidad en el ataque (36-25, min. 16).
Era el peor momento del Barça y los chicos de Laso lo supieron aprovechar. Un 2+1 de Deck primero, y un triple de Laprovittola sobre la defensa de Mirotic después, estiraban la diferencia hasta los quince puntos (42-27, min. 18). Lejos de reaccionar, el Barcelona se iba al descanso con una losa importante en el luminoso (48-33, min. 20).
Tras el paso por vestuarios, las sensaciones seguían siendo las mismas. Un Real Madrid mucho más activo y fluido en sus ataques, gracias al poderío reboteador de Tavares y al ímpetu de un Campazzo imperial; y un Barça, con pocas ideas, que se agarraba al partido gracias al buen hacer de Davies en la zona (54-38, min. 23). Pero como si de un deja vu se tratase, en un abrir y cerrar de ojos, viejos fantasmas de la última edición de la Copa hicieron acto de presencia, y tras un 2+1 del pívot norteamericano, los de Pesic se acercaban en el marcador (54-43, min. 24). Los nervios y las imprecisiones cambiaban de bando y Laso se veía obligado a parar el partido y solicitar un tiempo muerto tras un parcial de 7-0 a favor de los visitantes (54-45, min. 25).
Los azulgrana habían incrementado un par de niveles su nivel defensivo, incomodando lo máximo posible los ataques del Real Madrid. Así, Laso recurrió a Rudy. Pero con 4 tiros libres consecutivos, Mirotic rebajaba la diferencia por debajo de los diez puntos después de mucho tiempo (62-54, min. 28). El ala-pívot hispano-montenegrino, bien escoltado por Higgins, comenzaba a sentirse cómodo sobre la pista. Felipe entraba a pista por primera vez en el partido, pero la sangría continuaría hasta el final del tercer cuarto con un triple de Hanga sobre la bocina (69-63, min. 30).
Faltaban solo diez minutos para decidir al campeón del primer título oficial de la temporada. Y se mascaba la tensión en cada bote, tiro o rebote capturado. Con un triple tras robo, Laprovittola hacía estallar de alegría al público madridista del WiZink Center (74-65, min. 32). Poco después, una polémica falta antideportiva señalada de Felipe Reyes sobre Higgins (no era!), apretaban todavía más el marcador (74-67, min. 34). Una gran canasta en penetración de Llull, que hacía levantarse de sus butacas a la hinchada, y un palmeo en el rebote de Mirotic, mantenían la igualdad de golpes en ambos lados de la pista a falta de cuatro minutos y medio para el final (76-70, min. 36).
La experiencia de Rudy y Llull en este tipo de escenarios y situaciones de partido empezaba a ser vital para los intereses madridistas. Con ellos dos en pista, el Madrid empezaba a controlar el ritmo del partido, manteniendo la cabeza fría y eligiendo siempre la mejor decisión. Así, un parcial favorable de 9-2 lanzaba de nuevo a los madridistas en el marcador (83-72, min. 37). Pero Brandon Davies, que completó un partidazo, seguía haciendo mucho daño a Tavares en el 1vs1, señalando clarísimamente a su equipo cual era el camino a seguir para la remontada. Con un 2+1 del norteamericano, las opciones culés de ganar el partido todavía seguían intactas (83-77, min. 38). Dos tiros libres de Higgins apretaban todavía más el marcador (84-79, min. 39).
Era la hora de la verdad, la hora de que te comas las uñas en la butaca o sofá, la hora de que no te tiemble la muñeca en el momento más inoportuno. ¿Qué mejor manera de demostrarlo que con un triple de Campazzo? Tras un lanzamiento exterior errado de Mirotic, el Madrid parecía tener la victoria en el bolsillo (87-79, min. 39). Al final, no hubo sorpresón y el equipo de Laso se proclamaría campeón de la Supercopa Endesa 2019 (89-79, min. 40). Nunca hay que dudar de este equipo. Por exhibiciones de garra, talento y pundonor como esta se merecen nuestra confianza y gratitud infinita. Hala Madrid!
Texto: @Bricepinkfloyd
Foto: ACB Media