#LaBoticaMadridista | Un rival de peso
Tras una dura jornada de trabajo, el preparador físico del Ajax volvía a casa conduciendo tranquilamente, pensando en el importante partido que estaba a la vuelta de la esquina. La Champions volvía y el Real Madrid visitaría Amsterdam en pocos días, en lo que suponía un gran reto para sus jugadores.
Aparcó el coche, entró en el salón, puso la tele y se dispuso a ojear la prensa y las redes sociales, quería comprobar qué se decía sobre el partido y si podía descubrir algo relevante sobre su rival. De repente, un artículo llamó su atención. Incluso bajó el volumen del televisor para centrarse totalmente en él. Tuvo que leerlo varias veces porque no terminaba de entender lo que allí se decía.
Se fue a la cama reflexionando sobre ello. Creía tenerlo todo bajo control, sabía –o eso pensaba- que sus jugadores no habían descuidado sus obligaciones. Pero aquellas líneas… Lo tuvieron toda la noche en vela, esperando que sonara el despertador para salir pitando a la ciudad deportiva.
A la mañana siguiente, llegó el primero al entrenamiento; lo organizó todo, preparó todo lo necesario y esperó a que los jugadores fueran llegando. Cuando todo el equipo se encontraba en el vestuario, pidió permiso al entrenador para hablar y sobre todo, para comprobar ciertos factores que creía controlados. Uno a uno fue haciendo pasar a los futbolistas por la báscula. Anotó el peso, midió distintas variables como la grasa corporal, la masa muscular, incluso la masa ósea. Comparó con los datos y tablas que había acumulado a lo largo de toda la temporada y observó que todo estaba en orden. No entendía nada.
De repente, se fijó en sus incrédulos jugadores y vio que uno de ellos sonreía. Era Huntelaar, quien se dirigió a su preparador y le preguntó si había estado leyendo la prensa española. Sorprendido, el técnico asintió con la cabeza. De nuevo el delantero tomó la palabra y repitió, como si él también hubiera leído el artículo, lo que en él se decía. Que si jugadores pasados de peso, que si en baja forma, que si llegan en el peor momento de la temporada… Huntelaar había pertenecido a la disciplina del Real Madrid, y aunque no estuvo mucho tiempo, fue el suficiente para conocer cómo se las gasta la prensa española.
La conversación entre ambos continuó unos minutos mientras el resto de la plantilla salía al terreno de juego dispuesta a empezar el entrenamiento. En esa conversación concluyeron que la falta de respeto no era hacia ellos, sino hacia el club de Chamartín, al que se le sigue negando, tras tres Champions consecutivas –y cuatro en cinco años- cualquier mérito. En cuanto llega febrero, sus rivales, gacelas y fieras hasta entonces, pasan a ser prácticamente un equipo de solteros contra casados. Han llegado incluso a hacer de menos la competición, hablando de la copa de Europa como si fuera un torneo de verano.
Tanto Huntelaar como el preparador físico se unieron los últimos al resto de compañeros. Venía el campeón de Europa y aquí sí se le tenía el debido respeto. Si querían optar a pasar la eliminatoria, tenían que empezar a entrenar duro. Mientras el entrenador daba las primeras instrucciones, el preparador se retiró a preparar los distintos ejercicios, sabiendo que su trabajo, realmente, estaba siendo el adecuado.
Foto: Gilabola