El plan de Ancelotti y la ‘unidad b’
La gira por Estados Unidos dispara la confianza de Carletto. Por un lado ha visto que los títulos no han rebajado el hambre. Por otro, que ahora el ‘plan b’ es más sólido.
Carlo Ancelotti volvió de Estados Unidos entusiasmado con el trabajo del equipo. Más allá de resultados y de las buenas sensaciones que transmitió el equipo ante la Juve, se queda con el trabajo del día a día en los campos de entrenamientos de UCLA. Los triunfos en Liga y Champions suelen provocar una relajación en los equipos que por ahora, y por historia, nunca se ha detectado en el Real Madrid, ya que nuevamente ha empezado la pretemporada con un hambre voraz.
La vieja guardia quiere apurar al máximo su carrera y en los jóvenes hay una mezcla de rebeldía y de querer sumarse a dinámica de las leyendas del Madrid que provoca que el nivel competitivo, hasta en los entrenamientos, sea máximo. Y de todo ello se beneficia Ancelotti y, por tanto, el colectivo.
Rüdiger y Tchouaméni le han dado al Madrid un salto cualitativo más que importante en dos demarcaciones clave como la defensa y el centro del campo. El técnico está encantado con el equilibrio que tiene la plantilla y la ausencia de un nueve de garantías para suplir a Benzema no le quita el sueño. Prefiere apostar por Hazard, Rodrygo o Marco Asensio en esa demarcación.
La temporada pasa por tener en buenas condiciones el ‘plan b’
Ancelotti sabe que le va a tocar hacer mucha gestión de vestuario en esta segunda temporada. Va a ser clave la mano izquierda de Carletto, que tiene en mente hacer más rotaciones que la temporada pasada. El plan B va a tener mucho más peso. Así, jugadores como Rodrygo o Camavinga resultaron claves pese a salir desde el banquillo en todas las eliminatorias de la Champions League. «Lo importante no es la cantidad de minutos, sino la calidad de los minutos», decía el técnico italiano repetidamente el año pasado.
Para este curso pretende que el Madrid siga en la cima, acabando con el mito de que sus equipos obtienen peores resultados en el segundo curso. Su motivación, por tanto, está en lo más alto.
Y es que esta temporada es muy especial para Ancelotti. Al entrenador blanco aún le persiguen los fantasmas de su segunda temporada y quiere desterrar por completo aquel curso 14-15 en el que acabó destituido, tras el bajón que sufrió el equipo. La temporada anterior, recientemente finalizada, no solo no se le cayó el equipo, sino que terminó en todo lo alto.
Un calendario muy exigente en un año atípico
El cuadro de Chamartín ya piensa en esa final de la Supercopa de Europa ante el Eintracht, del próximo 10 de agosto. Tras el viaje de Estados Unidos, Ancelotti concedió tres días de vacaciones para cargar las pilas antes de centrarse en la competición. La idea es, bajando la carga de trabajo de Los Ángeles, preparar el duelo ante los alemanes durante seis entrenamientos. Y tras Finlandia, LaLiga, competición que arranca en Almería y que es más que probable que se inicie con buena parte de la segunda unidad en el once.
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— Real Madrid C.F. (@realmadrid) August 6, 2022
Porque la Supercopa es para los mismos de la Decimocuarta por convicción deportiva y por salud de vestuario. Ancelotti mide todo al milímetro. El plan de Carletto inicia su marcha.
Foto: ANNE-CHRISTINE POUJOULAT/AFP via Getty Images