Opinión | Con los Jeques, el Madrid de los Galácticos no hubiese existido
Los clubes que no cuentan con el apoyo financiero de jeques tienen cada vez más complicada la competencia económica con los clubes resucitados por los petrodólares de los árabes.
El mundo del fútbol se convierte en un escenario de alta complejidad, sobre todo en lo económico, por la fuerte inversión de muchos países del Golfo Pérsico (Qatar con el PSG – Emiratos con el Manchester City – Arabia Saudita con el Newcastle United). Estos países dedican infinidad de recursos para los clubes que compran, lejos de las supuestas reglas financieras de la UEFA que se aplican a la carta según convenga a Ceferin, como es el caso del PSG.
Hay muchos ejemplos del daño que han causado estos países con su dinero al fútbol europeo, como convertir en imposible competir con ellos para fichar a un jugador, que la mayoría de ellos terminan cayendo en sus tentaciones económicas. A pesar de ello, existen hasta hoy en día algunos jugadores que resisten las tentaciones y las presiones que ejercen estos equipos con Estados detrás y eligen jugar en los mejores clubes de la historia, que carecen de apoyo de ningún Estado como es el caso del posible fichaje de la tortuga Kylian Mbappé al Real Madrid, rechazando todo el dinero del mundo y aguantando presiones de Qatar y de Francia para renovar con el PSG.
La estrategia directiva del Real Madrid en este escenario siempre fue cuadrar bien las cuentas y priorizar la historia del club por encima de cualquier jugador, y no entrar a competir con los equipos de petrodólares en subastas por jugadores, como pasó en el caso del tanque noruego Erling Haaland, que todo parece indicar que terminaría jugando bajo el mando de Pep Guardiola en el Manchester City recibiendo 600.000 euros netos por semana. Cifras que el Madrid no quiso gastar aunque el club presentase una muy buena oferta al delantero.
Con este panorama de locos en cuanto a lo económico, creo que el fenómeno de los Galácticos en el Real Madrid con Zinedine Zidane, Luis Figo, Ronaldo Nazario y David Beckham hubiera sido imposible. Nadie está en contra de la inversión deportiva por parte de cualquier país en el mundo, pero hay que regular muy bien este tema y que las reglas se apliquen para todos, independientemente de amistades, y que haya un límite claro de los recursos que puede brindar cualquier Estado al club que es dueño o al fondo soberano que lo financia para garantizar la igualdad de condiciones para todos.
Al final, en el fútbol como en varios aspectos de la vida, el dinero no compra todo, no compra la grandeza ni la jerarquía que la construyeron las leyendas y que han indicado el camino para que los mejores del mundo actualmente quieran defender los colores de este club como hicieron sus ídolos.
Por: Karim Abdelfatah