Opinión | Licencia para soñar con la 14
El Real Madrid eliminó al Chelsea y ya está en las semifinales de la Champions League. Los de Ancelotti se encuentran a tan solo tres partidos de lograr la Decimocuarta
Por muy difícil que parezca de creer en cuanto a la terminología futbolística se refiere, la realidad inequívoca es que el Madrid está a tres partidos de ganar su decimocuarta Copa de Europa.
Tras eliminar al equipo más rico del planeta (PSG) en octavos y al campeón de Europa (Chelsea) en cuartos, el plantel dirigido por Carlo Ancelotti está en semifinales de Champions. Esto es algo que, pese a la grandeza del Real Madrid, parecía difícil de imaginar unos meses atrás. Más todavía si se tienen en cuenta ciertos tramos de ambas eliminatorias ante franceses e ingleses.
Futbolísticamente, el asunto está complicado. El Real Madrid apeó al PSG en octavos de final sin completar una gran eliminatoria en el cómputo global. No obstante, la mística que rodea al equipo blanco y al Santiago Bernabéu permitieron a los merengues estar en el bombo de cuartos.
En dicho sorteo en Zúrich, se deparó que el rival a batir en cuartos de final fuese el Chelsea. Ahora, a posteriori, se entiende la preocupación que se apoderó de numerosos madridistas aquel día.
El Chelsea ha demostrado ser un enorme oponente. Qué menos cuando se afronta una competición siendo el vigente campeón de la misma. Sin embargo, el nivel desplegado en Stamford Bridge el pasado miércoles podía hacer pensar que este Chelsea no era el del año pasado. Pero Tuchel y sus pupilos se encargaron de manifestar lo contrario.
Anoche, en Concha Espina, el Madrid se vio superado. Seguramente, si los madrileños hubiesen dominado, hoy se estaría hablando de que son los claros favoritos para alzar “la orejona” en París. Pero las cosas no han sido así.
Es este el punto más negativo que se puede destacar a día de hoy. La imagen dada por el Real Madrid en la vuelta de los cuartos no fue brillante. Un equipo completamente superado en el apartado físico, así como en el táctico y, hablando a nivel de colectivo, también en el técnico.
En unos días, la emoción del pase obtenido a semifinales debe dejar paso al análisis de una derrota (a la par victoria) que ha dejado en evidencia varios aspectos del conjunto blanco, como la facilidad para dejar al rival dominar cuando éste tiene un poco el balón y la dificultad para superar una presión tan bien ejercida.
Pero, si nos centramos en lo meramente estadístico, el Madrid lo tiene cerca. Tres partidos, semifinales y final. Tres victorias y el Madrid será campeón de Europa. Decirlo es fácil, hacerlo no tanto. Pero la realidad es esa. Este Real Madrid quizás no sea el equipo que mejor juega de Europa, pero sí es el que más cree en sí mismo. La vuelta de octavos lo demostró, lo de anoche lo reafirma.
Cuando peor está este Madrid es cuando menos te puedes fiar de él. La categoría indiscutible de jugadores como Courtois, Modric o Benzema casan a la perfección con la ambición y el desparpajo de jóvenes como Vinicius, Rodrygo o Camavinga. Esto es lo más reseñable de este Real Madrid. Un equipo que no tiene el mejor colectivo ni despliega el mejor fútbol, pero que sí sabe aprovechar su talento individual, su carácter indomable y, sobre todo, el peso de su historia.
El mayor argumento para imaginar al Real Madrid ganando la 14 el próximo 28 de mayo es su leyenda. La mística del Bernabéu y la grandeza del mejor club de la historia son motivos que, tras haber sido demostrado, son suficientes para soñar con algo muy grande.
Foto: PIERRE-PHILIPPE MARCOU/AFP via Getty Images