Veteranos y Noveles | Un Coliseo para todos
El estadio Santiago Bernabéu acogerá una final más, una final histórica, de otro continente, el Superclásico argentino que va a decidir una época en todo el fútbol. Una final de la que no se dice y, seguramente sea así, salga el rival directo para enfrentarse al Madrid en el Mundial de Clubes.
El Bernabéu ha acogido: la final de una Copa del Mundo de la FIFA, la final de una Eurocopa, la final de una Copa de Europa de clubes, la final de una Copa de la UEFA, añadiendo también las finales nacionales de España y ahora también parece que la final del homólogo sudamericano de la Copa de Europa. Ningún estadio del mundo puede decir tener este currículum de partidos históricos.
¿Quién iba a pensar que River Plate (3 copas libertadores y 1 copa Intercontinental) y Boca Juniors (6 copas libertadores y 3 copas intercontinentales. Curiosamente una ganada frente al Real Madrid) se iban a disputar una Copa Libertadores? ¿Quién iba a imaginar que esa final no se jugaría en Argentina? No quiero entrar en el revuelo ni en la polémica que esta última pregunta suscita entre los aficionados argentinos. Para que entiendan lo que es este partido imaginen un Real Madrid contra Atlético de Madrid sumándose a ello la afición que arrastraría si fuese el Barcelona en realidad. Porque no hay que olvidar que un River-Boca es un partido de barrio que ha ido creciendo hasta lo que se supone que es hoy.
Sólo voy a preguntar a mis compatriotas españoles esto para que comprendan parte de la polémica, ¿si os hubiesen dado la oportunidad de poder ver la final de la Champions entre el Atlético de Madrid y Real Madrid en nuestra capital no te habría molestado que obligasen jugarla en Estados Unidos la final más importante que se puede jugar en el fútbol de esa ciudad? Sólo hago esa pregunta sin entrar más en materia.
Seguramente y sin dudar de ello la seguridad en la final disputada en Madrid será una final que en ese término despeje en el 95% de posibilidades de que haya peligro dentro del Bernabéu para los equipos y aficionados argentinos. Fuera del Bernabéu sabemos que disponemos de unas de las mejores seguridades del planeta gracias a la policía española que ha tenido que enfrentarse a casi cualquier problema en las calles para que la afición esté segura a su llegada al Bernabéu. Lo que no se puede asegurar es que los barras bravas queden en algún lugar de la capital para empañar esta final histórica en el fútbol.
Espero que de suceder esta final, que de disputarse no dudaría en ir a verla, que la Junta directiva del Real Madrid obtenga un seguro por parte de la FIFA y la Conmebol de que si los aficionados más radicales de este equipo llegasen a conseguir destrozar las gradas de nuestro Coliseo esto no suponga un gasto y que ni un solo socio, aficionado o abonado madridista sufra un perjuicio en su localidad habitual. El Bernabéu es y será un Coliseo universal.
Concluyo recordando que de llegar a darse este hecho sólo haría que agrandar la historia de un estadio que podría albergar su última gran final antes de que la remodelación prevista se lleve a cabo. Recordando también que el aficionado español, argentino o de cualquier lugar del mundo respete lo que se supone esta final para millones de aficionados a dos clubes que no podrán verlo ni siquiera en su continente, pero recuerden que esto es un castigo a esas personas que por ejemplo son capaces de envolver a sus niños de bengalas y petardos con tal de introducirlo al estadio.
Pagan justos por pecadores en el fútbol, otra vez.
Texto: César Manuel Sevilla
Foto: RTVE