Una ansia desmedida por que el Madrid fiche, por @antoniovv
El vigente campeón de Europa, ganador de las últimas dos ediciones de la Liga de Campeones (y de 3 de las últimas 4), primero en la Liga española, vigente campeón del mundo y primer conjunto en encadenar dos cetros europeos en el formato Champions, no ha movido todavía demasiado el árbol de los fichajes. Para los despistados, habría que puntualizar que estamos a primeros de julio todavía. Y que, obviamente, las necesidades de reforzar la plantilla no son las mismas para el gran dominador del fútbol europeo en los últimos años, que para aquellos que pretenden sucederle en esa posición.
A pesar de todo lo anterior, se detecta en las redes sociales un elevado grado de ansiedad entre buena parte de la masa social madridista para que el club afronte fichajes, y fichajes importantes (si llegan al Madrid, casi siempre lo son). Quizás ese juego lleno de artificio de la rumorología del mercado de contrataciones, que los medios sitúan en el primer plano cuando no tienen para llevarse a la boca competiciones y sus consecuentes polémicas (casi todas artificiales, creadas y cebadas por ellos mismos), haya conseguido calar en el subconsciente del aficionado, que cree que si no se renueva una tercera parte de la plantilla cada verano, la competitividad se desplomará.
Algo similar ocurrió hace justo un año, en un verano en el que el Madrid sólo recuperó a dos cedidos como Coentrao y Asensio, y recompró a Morata por el mismo montante económico por el que dos temporadas antes había salido en dirección a Turín. Creo que no hace falta volver a señalar cómo acabó la temporada.
El mensaje del club, que debería calmar a los más impacientes, es que la plantilla es difícilmente mejorable. Y creo que es cierto. Si el técnico responsable de los éxitos más recientes insiste además en que se retenga a la mayor parte de sus pupilos, lo lógico sería fichar poco, y casi siempre por la necesidad de cubrir los huecos que dejan aquellos futbolistas que prefieren marcharse del Bernabéu.
En casi todos los casos se trata de suplentes que buscan un protagonismo más acentuado en otro lugar. Algo comprensible hasta cierto punto, aunque clarificador de que muchos de ellos no han entendido la filosofía impuesta por Zidane, en la que el colectivo es más fuerte que nunca, con un reparto de protagonismo casi bolchevique por concepto.
El campeón de Europa no quiere vender, pero algunos de sus futbolistas sí se quieren marchar. Revalorizados por el uso que el técnico madridista hizo de ellos la temporada pasada, varios reservas disponen de ofertas importantes. A la hora de negociar sus posibles salidas, el Madrid está en una posición de fuerza. Porque puede permitirse poner el precio de venta de un bien (los derechos federativos de sus futbolistas) que es de su propiedad en este momento. Y disfrutar del futbolista si nadie alcanza ese caché. Las cuentas están saneadas y el vestuario repleto de calidad. No existe necesidad de ningún tipo de desprenderse de futbolistas.
Es un concepto simple. Pido lo que creo que vale, y si no me lo pagan, el jugador se queda. Es exactamente lo mismo que ocurre en el sentido inverso, cuando desde el Bernabéu se lanza una oferta para captar a un nuevo talento. No recuerdo rebajas del precio de Bale o Cristiano Ronaldo, por más que los jugadores desearan vestir de blanco.
Hasta el momento, la dirección deportiva se ha movido sobre la máxima de pieza por pieza. Es decir, que se incorpora a un jugador cuando se ha concretado la marcha de otro en su misma demarcación. Si Pepe prefirió salir rumbo a Turquía por una diferencia mínima en sus emolumentos, pues se trae a Vallejo, después de que el joven central demostrara en Frankfurt que tiene madera para triunfar en el Madrid. Si Coentrao vuelve a casa tras confesar que ahora no da el nivel para defender el escudo madridista, la reacción es llegar un acuerdo con el Atlético de Madrid para el traspaso de Theo Hernández, un joven y potente lateral zurdo que mostró increíbles virtudes en su única campaña en el Alavés. Además Mariano también salió en dirección a Lyon, y su plaza como último punta de la rotación será para otro prometedor talento como Borja Mayoral. Incluso se ha mejorado el fondo de armario con la recuperación de Marcos Llorente para el papel de reemplazo de Casemiro como pivote, la única posición sin dos ocupantes la pasada campaña.
No se han confirmado más fichajes, entre otras cosas, porque el resto de las fichas de la plantilla están cubiertas, por futbolistas de primer nivel además. Si algunos de ellos deciden hacer las maletas y el club recibe la oferta que considere aceptable, se encontrarán reemplazos que igualen o mejoren a aquellos que se van. No hay más secretos.
Especular con las posibles marchas de James, Morata, Danilo, Cristiano Ronaldo, Casilla o cualquier otro no es más que puro entretenimiento veraniego. Aunque el verdadero filón mediático está en el otro lado, en lanzar al aire nombres de futuribles merengues. ¿De dónde salen? Pues de filtraciones de agentes, de familiares, de directivos, todos con intencionalidad. Muchas veces de aumentar el caché del jugador, o de conseguir una mejora de contrato en el club al que pertenece, o que otro equipo interesado mejore su oferta… Así, nadamos en una marea de nombres como Mbappe, Ceballos, Odriozola, Donnaruma, Hazard, De Gea, Dembele, Kimbembe, Courtois, Bonucci y un largo etcétera. La gran mayoría de ellos no llegarán al Madrid. De hecho, estoy totalmente convencido de que algunos de estos jugadores ni han recibido ofertas del Madrid, ni siquiera estaban en la agenda que manejan los técnicos de la casa.
La afición madridista debería estar muy tranquila. El proyecto deportivo está asentado sobre pilares muy sólidos, hay una plantilla espectacular, plagada de presente y futuro, y se sigue trabajando para captar y formar a perlas jóvenes. Los que tienen razones para ansiar caras nuevas son otros.