Todo Nervio y Corazón | Un año de consejo

Todo Nervio y Corazón | Un año de consejo

Un año. Eso me decían cuando se vendían consejos, esos que no se tienen y quizá por eso, se venden de manera tan gratuita. Pues si volvemos un año atrás, ¿dónde estábamos? La final de Champions ya estaba jugada y el trofeo entregado.

Las vacaciones ya se habían disfrutado o estaban a la vuelta de la esquina. ¿Entonces? Entonces no se nos pasaba por la cabeza que el fútbol se jugara sin aficionados; que el sonido ambiente fuera grabado; ni que el Rey Emérito se tuviera que ir de España (esto no viene a cuento, pero la falta de noticias futbolísticas veraces, ayuda a rellenar con noticias que nada tienen que ver con el fútbol).

Volviendo al deporte de 22 jugadores sobre el campo más árbitros varios, una oportunidad más nos queda para cerrar un año diferente. Un 2020 que nunca se olvidará. Un año que al menos deseamos que termine de la mejor manera posible, y qué mejor manera que con otro título. Son días de arengas a nuestro equipo por seguir luchando. En pie. Y con los ojos (y piernas) puestas en un título más. Uno, que es nuestro per se, de nuestra Historia y grabado a fuego nuestro ADN. Por mucho que les duela a muchos.

Un dúo este, que después de tantas críticas, se han afianzado sobre bilis, envidias, mentiras y flores que trajo nuestro míster bajo el brazo. Y así, mientras se trabajaba en la pandemia, conseguimos la Liga 34 y en unos días sabremos si algo más. Sea como fuere, la fortaleza a nivel deportivo y social, ha demostrado más que muchos otros que solo venden burbujas llenas de aire. Aire, que este año, llena más sus salas de trofeos que cualquier otra cosa.

El caso, es que tan mal lo hemos hecho que llegamos al partido de vuelta contra el City con las pilas cargadas y la mente donde se debe.

Y qué mejor cerebro. Maduro. Y sereno, que el de Luka Modric. Un cerebro que se nos hace mayor pero tras el parón por la situación sanitaria que todos sufrimos, en mayor o menor grado, está desarrollando un mejor juego que cuando tenía 18 años. Uno que sabe dosificar, conoce a sus compañeros y su propio cuerpo para dar el 100 por 100 en cada partido. Y si no en todos, en casi todos. Sin haberse puesto nunca con los brazos en jarra mientras nuestro equipo marcaba un gol. Como otro que de nuevo está en los tabloides por su retirada de un deporte, que más que jarras es pasión. Sentimiento. Prioridades.

Y Amor, uno que como el verdadero… no traiciona. Y así, nosotros esperaremomos no traicionar a la Champions. Nunca bajo este escudo.

 

Por @angiemg82

 

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