Todo Nervio Y Corazón | No entiendo
—Toma, papá.
—¿Qué es esto? —me dijo con esa mirada penetrante que podía atravesar.
—Solo un parte.
—¡Paola! —gritó exasperado fuera de sí antes de preguntar:— ¿Otra vez?
—No me mires así. Sabes que no puedo con los chuletas mayores del recreo que se creen que lo saben todo —respondí segura de que llevaba razón.
—Solo por ser mayores, algo más que tú sabrán.
—Entonces ¿por ser chica no puedo saber de fútbol; no estar de acuerdo con ellos; tener una opinión diferente y mil cosas más que me decían sin poder contestar? —Mis ojos reflejaban toda la ira que podía expulsar mi corta estatura.
—Solo te diré que tendrás que luchar el doble que ellos solo por ser chica. Es lo que te tocó vivir.
No pude ni quise escuchar nada más. El patio del colegio se había traslado a mi salón, y mi padre no era un chico de un curso superior. Era mi padre y eso sí que no tenía contestación posible.
—Sí, sí, te digo que sabe lo que es un fuera de juego, buena parte del reglamento y la vida de todos los jugadores. Igual es por el recreo que comparte con chicos mayores, así que le voy a regalar unas entradas para ver el equipo en el campo contra el Odense, creo que se llama.
Estaba escondida detrás del mueble de la entrada e intentaba no emocionarme demasiado pensando en que iba a poder ver a los jugadores de cerca, el estadio por dentro…¡Qué ilusión!
Había llegado el momento y allí estaba frente al imponente Bernabéu que muchos quieren ver de cerca y no pueden. Cuando subimos las escaleras y estuve dentro, me costaba cerrar la boca y los ojos.
En cuánto empezó los señores, por llamarles algo comenzaron a insultar aún cuando los jugadores estaban en el suelo. ¿Eso era un juego? ¿De eso se trataba ver el fútbol en el estadio? De verdad que comenzaba a dudarlo. Parecían saber menos que yo aún siendo de la edad de mi padre, solo se reían de las tonterías que decían y gritaban sin ton ni son.
Unas noches después vi en la tele A propósito de Henry y decidí que eso es lo que quería hacer, o con pacientes como los de la película o con un equipo de fútbol. Me formé. Estudié e intentaba por todos los medios conseguir mi objetivo… hasta que llegó.
Verme en Valdebebas, en el staff de otro equipo pero allí, y a la salida: Michel y Buyo frente a mí mientras me presentaban como la fisio del otro equipo y una risita tonta, como la de colegiala de hacía tantos años ya reflejándose en mi cara.
Ahora me llaman oficialista, una de las palabras que algún entendido inventó para reflejar que haya algunos aficionados que hagan críticas constructivas y no sigan la corriente aceptada… Vaya, qué curioso que se vuelva a la infancia tantos años después. A los patios de colegio. Al sinsentido. A llevar la corriente a los que más se oyen sepan o no sepan. A querer caer bien aún sin conocer…
Al final, como dijo ZZ se me queda un mal sabor de boca. Por opiniones en caliente que no dejan que el frío las refresque; por creer que un solo jugador puede cambiar el mal sino que auguran algunos; por no tener a su favorito en el banquillo o en el campo; por no poder cobrar del club sí pagar a juntaletras; por no tener miras para mirar la parte positiva que todo tiene… Y como defensora, oficialista o no, de Karim… esta foto va a dedicada a todos los que lean este post.
Texto: @angiemg82