Sufrir sí está en el guión
Séptimas semifinales consecutivas. Se dice pronto. En el torneo más solemne donde los equipos pugnan por alcanzar la cima, el Madrid vuelve a confirmarse. Ninguna candidatura es tan solvente como la madridista. Lejos han quedado los tiempos en los que el Lyon era un obstáculo insalvable.
Mantenerse en esta regular excelencia requiere de una plantilla apropiada, de un entrenador hábil para administrarla y de mucha fe, incluso cuando el partido se enrevesa, incluso cuando la eliminación se convierte en una amenaza. Fe y sufrimiento. No se admite la lamentación. En el siguiente lance debes resarcirte. Hoy ha sido un claro ejemplo.
Disipo las dudas de algunos. El Madrid se ha merecido claramente pasar. Durante tres tiempos ha sido mejor que el Bayern. Con un marcador favorable, en la primera parte de la vuelta Neuer y Hummels han salvado a los suyos. Como en la ida, faltaba materializar las ocasiones.
Eso a otro equipo le habría condenado, al Madrid le ha hecho mella. El inicio de la segunda parte se traducía en un Bayern de más alcance. Con los destellos de Robben. Con un penalti que se encuentran. Con un gol tonto, de esos que causan estragos en los temperamentos más templados, un gol como respuesta a la irrupción goleadora de Cristiano.
Ha cundido cierto desconcierto. Excesiva distancia entre líneas. Todo ello reversible. Zidane ha sido fiel a sus principios. Ha apostado con los cambios por el talento. Por la juventud. Por Asensio. Jugador que en algún tramo de la temporada ha jugado menos. Nunca se debe juzgar livianamente la gestión de la plantilla del francés.
Tampoco hay que contrariarse porque el oponente “te domine territorialmente con 10” o “porque arriesguen con la posesión en el campo contrario”. Los múltiples comentaristas pontifican: “Lo preocupante es que no se nota la inferioridad numérica/No es el guion adecuado”. Los hechos difieren de esas elucubraciones. Al poco tiempo el Madrid halla los espacios. Se agradece que el Bayern sumara jugadores a campo contrario. Convenía. Y no, no es de equipo pequeño.
No es negativo replegar. Ni jugar prórrogas. Ni estar en alguna fase a merced del rival. Y es cierto que Cristiano es garante de goles, pero también hay que subrayar el papel de Nacho para defender los centros laterales o de Marcelo y Carvajal para ejercer de zagueros y de estiletes. Ambos han defendido hasta la extenuación. Y nos han dejado momentos memorables la verticalidad de la que hacen gala.
Clasificación apoteósica. Partido vibrante. Día de ensueño. Este equipo va muy en serio. Y sí, sufre; pero entra dentro del guion. Por eso llega tan lejos.