#SentimientoReal | Supéralo de una vez, Klopp
Yo no sé, ni quiero saber lo que es, perder una final de la Copa de Europa, pero debe ser algo durísimo que no se supera en la vida. Algo que te empuja a escribir una carta atacando al Real Madrid y presumiendo de derrotas, como aquella atlética llamada Carla (gracias por las risas), y algo que te invita a, meses después, seguir buscando excusas, como Kloop. Lo de Carla, bueno, es del Atleti, bastante tiene ya con eso, pero lo de Klopp, un profesional del fútbol, un tipo curtido en mil batallas, que debería saber a estas alturas de la vida que enfrentarse al Real Madrid en una final de la Copa de Europa es andar de frente hacia una muerte segura, roza el ridículo. No sé, ni quiero saber lo que es, perder una Champions, pero a tenor de los ejemplos, debe ser algo que te deja tocado para siempre.
Las derrotas ante el Real Madrid, como los fracasos amorosos, son difíciles de digerir. Lleva su tiempo superarlo, si es que acaso se consigue. En ambos caso se llora. Si te abandonan, te secas las lágrimas en la intimidad de tu casa. Si el Real Madrid te gana, las viertes sobre un micrófono, que el mundo entero te escuche, que el periodismo las divulgue y, haciendo acopio del antimadridismo intrínseco a la profesión, las manipulen a su antojo para hacer ver que el Real Madrid es un arma destructiva, lo peor que existe en el mundo.
El club de las trece Copas de Europa existe desde 1902. A estas alturas, todo el mundo debería saber que la historia del Real Madrid se ha ido construyendo a fuerza de arrasar rivales por el viejo continente, de dejar en llamas los mejores estadios una vez que su autobús abandona las instalaciones, que si el Real Madrid te rompe el corazón, te deja sin ilusiones o te destroza la vida, es lo más normal del mundo, que es algo que lleva pasando desde tiempos inmemoriales. Si no quieres ser una persona destruida y desmoralizada, hazte madridista. No de carné, sino de corazón. Si quieres seguir llorando, buscando excusas en cada derrota o tratando de destruir al club más poderoso del mundo, sigue siendo una Carla, un Chavi Hernández o un Klopp.
El mundo está lleno de conmociones cerebrales desde el 26 de mayo, unas más acusadas que otras. La vida sigue, pero que te gane el Madrid no se supera nunca. Debe ser un dolor insoportable, algo que, cada cierto tiempo, te lleva a volver a escupir la bilis, a hacer creer a los demás que, el club que más gana en buena lid, es un AK-47. Trata de rehacer tu vida, Klopp, acepta la realidad, sácale brillo a los cristales de tus gafas y comprueba con tus propios ojos cómo Salah enganchó a Ramos, cómo tu propio central empujó a Sergio hacia Karius y cómo éste luego tuvo la peor actuación de su carrera deportiva porque sí, porque a veces esas cosas simplemente pasan. Como que te gane el Real Madrid.