#SentimientoReal | Bendito sentimiento
Se pasa mal en semanas como la que viene. Creo que ser de un equipo de fútbol es una cosa y amarlo otra muy diferente. Cuando sientes algo tan dentro de ti, cuando te sabes madridista, no vas al Bernabéu o te sientas delante de la tele a ver un partido. Sabes que es mucho más que eso, sabes que vas a sufrir, que serán algo más de noventa minutos en los que tu corazón irá a mil, en los que no querrás saber nada del mundo, sólo lo que está pasando delante de tus ojos. Once hombres vestidos de blanco que son toda tu vida en ese momento.
Cuando todo esto arranca, allá por el mes de agosto, esperamos semanas como esta, de partidos grandes, contra rivales directos, enemigos históricos, a sabiendas de la tensión y el sufrimiento que se nos viene encima. Un gol libera, dos tranquilizan, tres hacen ver la vida de otra manera, pero sólo la victoria final nos hace felices. Felices de verdad. Es una felicidad inexplicable, que sólo siente quien ama ese escudo. La derrota nos derrota, valga la redundancia. Nada vuelve a ser igual. Ni nuestras vidas, ni nuestro corazón.
Jugar contra el Barcelona no son sólo los noventa minutos que dura el partido. Son los nervios de los días previos, es todo lo que sucede durante el encuentro y es, sobre todo, lo que queda después, cuando las luces del estadio se apagan y cada uno se queda en su casa a solas con su sentimiento.
Cuando todo ha terminado el cuerpo intenta recuperar su estado normal y la mente trabaja tratando de asimilar lo sucedido. El corazón siempre va por libre, es incontrolable. Una victoria contra el Barcelona nos llena de euforia y nos colma durante los días siguientes. Una derrota nos mata anímicamente. Cuesta bastante recuperarse, volver a entrar en calor. Es el momento de curar la herida, lamerla y tapar la cicatriz porque el Real Madrid siempre vuelve y el madridista ha de estar preparado para volver a sufrir.
Espero, lo deseo con todas mis fuerzas, que el Madrid sea capaz de hacer estallar al planeta entero de felicidad, porque no sólo somos nosotros, los españoles, los que tenemos el Bernabéu al alcance de la mano, los que latimos madridismo. Repartidos por todo el globo hay madridistas que ponen el despertador para levantarse de madrugada y ver a su equipo, los que encuentran excusas para ausentarse del trabajo y ponerse delante de la tele, los que, por este amor que nos invade, seamos de donde seamos, hacemos cualquier cosa por este bendito sentimiento que nos invade todo el cuerpo. Por todos nosotros, que alentamos siempre, que aparcamos nuestras vidas por verte, por sufrir a tu lado, haz que sea Real como tu nombre. Llénanos de la felicidad más pura, cólmanos de dicha, vence a los que tanto nos odian.