#SentimientoReal | A por la gloria imperecedera
Que cada uno prepare su sitio, coloque sus nervios, compruebe sus uñas. El día que hemos soñado durante todo un año ha llegado. No habrá descanso para el corazón, ni resultado holgado que nos libre de microinfartos. El sufrimiento será una constante. Lloraremos al final, seguro.
Los nuestros van a acometer una gran hazaña. Se trata de hacer historia. Más historia. Se trata de no dejar de tener hambre, de no conformarse, de luchar hasta quedarse sin aliento, de darlo todo por el escudo que borda tu pecho, por la gente que empeña su vida por un sueño. No hay nadie entre nosotros que no lleve días pensando en ello, siendo su único pensamiento.
Europa entera es testigo fehaciente de nuestros logros por el viejo continente. Cada capital europea tiembla al escuchar nuestro nombre, pero durante noventa minutos hay que volver a subirse las mangas, a ajustarse las botas y luchar con estómago. Si es pecado codiciar la gloria, pecad. Tratad de volver con ella para que el día de mañana, cuando se hable de Historia, los que escuchen vuestros nombres se pongan de rodillas. Todo se olvida, excepto las hazañas de aquellos que luchan sin pensar en las heridas, que cada muesca sea una Copa de Europa.
El que hoy sufra y llore conmigo, desde cualquier lugar del mundo, será para siempre mi hermano. No existe distancia para vivir el madridismo. La Decimotercera es un sucedáneo de la inmortalidad, lo más cerca de los dioses que podemos llegar a estar. La gloria imperecedera.
Ojalá nuestra bandera flamee en Kiev más allá de la media noche. Ojalá volver de allí rebosantes, siendo aún más grandes, inalcanzables. Ojalá ganar y, sin que este siglo haya cumplido aún los cincuenta, dejar escritas ya las primeras páginas de Historia. Ganar, con la ayuda del cielo, con las plegarias de Keylor, de Mateo y de Carlos Enrique. Ganar con los pulmones de Luka, con el alma de Sergio, el corazón de Marcelo y el hambre de Cristiano. Ganar con la templanza de Toni, la magia de Francisco, la frialdad de Karim o el talento de Gareth. Ganar con el pulso de Dani, la tranquilidad de Rafa, el descaro de Lucas y la clase de Marco. Ganar sin importar cómo, de cualquier manera, no nos importan las formas. No queremos otra cosa que no sea la Décimotercera.