Sentimiento Real | Si los jugadores del Real Madrid supieran
Si los jugadores del Real Madrid supieran que ponemos nuestras vidas en sus botas, que detenemos el tiempo los días de partido sacrificando quehaceres particulares por verles jugar. Si ellos entendieran hasta qué punto y de qué manera amamos ese escudo y lo ponemos por encima del bien y del mal, rozando la locura que todo amor conlleva, seguro que correrían desde el minuto uno hasta el noventa con la actitud de quien se sabe responsable del corazón de millones de personas alrededor de todo el planeta.
Si los jugadores del Real Madrid supieran que hay quienes recorren medio mundo para ir al Santiago Bernabéu una sola vez en la vida, haciendo acopio de sus ahorros, que cada fin de semana miles de personas pasan un día entero dentro de un autobús para verlos a ellos, que existe quien se priva de otras cosas para poder pagar un abono o una cuota mensual a una plataforma digital para disfrutar de su equipo, seguro que harían de su trabajo un compromiso.
El legendario Guillermo Vilas pronunció la siguiente frase sobre el tenista Rafa Nadal: «Para Nadal, todos los partidos son el fin del mundo». Si los jugadores del Real Madrid supieran que para ellos el fin del mundo es cada minuto, cada carrera, cada balón…seguro que jugarían para sobrevivir a cada envite. Ojalá entendieran que nosotros somos la pasión y ellos la frialdad apasionada; nosotros la tempestad dando aliento, ellos la calma arrebatada…afición y equipo, un ser indivisible, que uno no existe sin el otro, que si ellos reman, nosotros empujamos, que cada partido es un acto agónico en el que vivimos o morimos juntos.
Si los jugadores del Real Madrid supieran que el club en el que están es un monstruo de la naturaleza, que fue creado para la gloria, que su divinidad entraña tanta grandeza como odio, seguro que harían lo posible por no manchar la camiseta de vergüenza.
Los madridistas aceptamos la derrota como consecuencia de un juego. En fútbol sólo existe dos opciones: ganar o perder. Aceptamos la derrota que viene después de vaciarse en el campo, no comulgamos con la desidia. La falta de actitud y ganas es intolerable en cualquier jugador que lleve el escudo del Real Madrid en el pecho.
Si ellos pudieran sentir sólo la mitad de lo que un madridista siente, si alguna vez lloraran por un partido perdido o por un gol en el último minuto, si reconocieran en el escudo al amor de su vida, si se pusieran la camiseta henchidos de orgullo, si defendieran al club cada mañana en las barras de los bares mientras el desayuno se atraganta, si compraran la camiseta para regalarla a un hijo o a una sobrina como quien está entregando su propio corazón, seguro que pondrían el alma en cada partido.
Si ellos supieran lo que nos duele el Real Madrid…
Foto: Fran Santiago/Getty Images