Sentimiento Real | No juegues con nosotros, Kylian
Yo, que ando pendiente de ti día y noche, preocupada por si comes bien, por si te abrigas lo suficiente, por si no te fuiste a la cama demasiado tarde, leo que igual te apetece cambiar de aires y quieras o no, me ilusiono. Es inevitable no hacerlo, Kylian. No quiero, pero lo hago.
No sé si es que quieres más dinero para unos pantalones nuevos y no te atreves a decírselo al jeque directamente o si de verdad te has dado cuenta por fin de que el PSG es demasiado pequeño para tu fútbol y ese madridismo que te late en el fondo de tu corazón empieza a hacer fuerza por salir y te está aprisionando el pecho. Si es lo primero, ve a la oficina de tu jeque y le dices lo que quieres. Si es lo segundo, llama al tito Floren y en medio segundo tienes la servilleta, el bolígrafo y el avión en la puerta de tu casa.
No juegues con nosotros, Kylian. Eres un caso especial. Yo diría que único. Hay unanimidad contigo y eso entre el madridismo no se da ni ganando una Copa de Europa, porque siempre hay algún descerebrado al que le apena el rival, sobre todo si es el Atleti el que queda subcampeón. Te queremos como si alguna vez hubieras sido uno de los nuestros. Te echamos de menos como si alguna vez te hubiéramos tenido. Te juro que es una situación anormal entre los madridistas. Bueno, no te voy a mentir, hay gente que va de Paco Jémez por la vida y que es capaz de decir que nos hace más falta Mayoral, pero de verdad que tú no te puedes ni imaginar lo que sueño contigo, qué me has dado. ¿Ves? Si es que hasta se me viene a la cabeza Camela. Nos volvemos locos contigo.
Va a ser un verano largo y unas horas después de que se haya terminado la Liga española apareces tú con esas declaraciones. No puede una ni tomarse algo tranquila. Si va a ser así hasta el último día de agosto, ni el cuerpo de Relaño podría aguantarlo. Si quieres más euros, que ya sé que París es caro, pídelo y quédate ahí para seguir ganando esa liga que a nadie le importa. Si quieres renovar, hazlo ya y termina de hundimos para siempre, mata nuestras ilusiones, destruye nuestros sueños. Si quieres venirte, calla, no digas nada, déjanos disfrutar de la playa y que un comunicado oficial nos haga estallar de felicidad. No tienes ni idea del abrazo que te tenemos preparado. Ni idea.