Sentimiento Real | Histeria colectiva
Hemos fichado a Hazard, que no sabía ya qué hacer el belga para que venir al Madrid. Hemos fichado a Mendy, que todavía está por estrenar. Hemos fichado a Militao, al que sólo conocían en su casa a la hora de comer. A Kubo, que no teníamos ni idea de que existía pero ya no sabemos vivir sin él y a Rodrygo ocho o nueve veces y las que quedan.
En esos nombres y en los de siempre tenemos que poner nuestra fe y las manos en el fuego. Con ellos vamos a por todo, que es a lo que se dedica el Madrid en esto del fútbol y después que sea lo que la flor de Zidane quiera.
Después de una pretemporada de mierda cuesta ilusionarse, aunque al mismo tiempo es inevitable. Y lo es porque no somos un club cualquiera. Somos el puto Real Madrid. Los únicos capaces de quedarnos sin nada antes de que empiece la primavera y los únicos capaces de ganar tres Copas de Europa de manera consecutiva. Aquí siempre se hace todo a lo grande, lo bueno y lo malo.
La Liga para el Real Madrid va a empezar un 17 de agosto a las cinco de la tarde. No pasa nada si se mueren de un golpe de calor, habrán pensado los que ponen los horarios. En enero a las nueve de la noche, en agosto a las cinco. La mejor liga del mundo. Vamos a Vigo con el cagómetro activado. A esta situación nos ha llevado la nefasta temporada, en la que hemos encajado tantos goles como en dos meses de competición. Da miedo recordarlo. La defensa hace aguas, el centro del campo naufraga y los de arriba casi que tienen que hacer la guerra por su cuenta. Es bastante duro reconocerlo y aceptarlo.
Siempre estoy dispuesta a sufrir, pongo mis nervios y mi corazón a servicio del Madrid. Que sea lo que tenga que ser, no voy a dejar de estar ahí, no voy a dejar de ser madridista, pero tampoco quiero pasar la vergüenza de la temporada pasada, que cualquier equipo pueda torearnos, que cada partido se convierta en una tortura. No podemos pasar otra vez por eso. Voy a creer en ellos, voy a apostarlo todo al blanco. Que empiece lo serio, que ruede ya el balón.