Sentimiento Real | Gracias, Keylor
A mí encantó el fichaje de Keylor Navas. Sólo lo había visto jugar con el Levante cuando se enfrentaba al Real Madrid, pero por aquellos entonces estaba tan harta de Casillas como ahora lo estoy de Sergio Ramos y habría abrazado a cualquier portero que viniese. No le quitó el puesto al de Móstoles de buenas a primera, ciertas cosas requieren un proceso. Pero al final, Iker se fue y Keylor se adueñó de la portería sin saber todo lo que estaba por venir.
No era especialmente bueno. Seguramente no estaba entre los mejores del mundo, pero era mi portero. Capaz de tener el fallo más infantil y de sostener al equipo en una final de la Champions. Nada que no hubiera hecho ya Casillas, pero Keylor rezaba. Rezaba tanto que se ha ido del Madrid sin perder una eliminatoria de la Copa de Europa. Rezaba tanto que no perdió ni en Milán, ni en Cardiff, ni en Kiev. Una vez rezó tanto que consiguió desviar al palo un penalti de Juanfran. Nada que no hubiera hecho tampoco Casillas antes, que desviaba balones con la mirada.
No fue nunca el mejor del mundo, pero se terminó convirtiendo en uno de los mejores de la historia del Madrid. Lo veía rezar en cada eliminatoria de Champions y yo me llenaba de paz. No soy especialmente creyente, pero sí me agarré a su fe.
Los niños que aún no han nacido, los que vivirán en otro siglo, conocerán el nombre de Keylor Navas así como nosotros sabemos quiénes son los jugadores que consiguieron cinco Copas de Europa seguidas. Keylor Antonio Navas Gamboa fue el portero de las tres Champions consecutivas y eso un día se estudiará en los libros de historia, cuando el Real Madrid sea una asignatura obligatoria en los colegios.
Supo llegar, supo esperar su momento, supo aprovecharlo y ha sabido irse, agradeciendo cada minuto en el Real Madrid. Porque es así como funciona esto. Son los jugadores los que tienen que sentirse dichosos por haber vestido la camiseta del mejor club del mundo. Keylor lo sabe porque ni es sus sueños más remotos, cuando se le aparecía la virgen y el Espíritu Santo, se veía haciendo historia con el Madrid.
Gracias, Keylor y ¡pura vida!
Foto: El Confidencial