Scariolo y el Real Madrid Baloncesto: así fue su primera etapa en el banquillo blanco

REAL MADRID
El regreso de Sergio Scariolo al banquillo del Real Madrid más de dos décadas después no es solo un movimiento deportivo: es también el cierre —o quizá la continuación— de una historia intensa, cargada de luces, sombras y decisiones difíciles.
Entre 1999 y 2002, el técnico italiano vivió su primera etapa en el club blanco, un ciclo que comenzó con una Liga heroica y terminó en una salida traumática. Hoy, con un currículum aún más imponente y un club que vive instalado en la élite, ambos vuelven a cruzar caminos con la ambición de escribir juntos una página más brillante que la anterior.
Un aterrizaje con expectativas (1999)
Sergio Scariolo llegó al Real Madrid en el verano de 1999 con apenas 38 años, después de haber brillado en Bolonia y dejar una grata impresión en Vitoria. Era uno de los entrenadores más cotizados de Europa, y su fichaje representaba una apuesta por el futuro en un momento de profunda reestructuración en la sección.
Venía a llenar el vacío dejado por Zeljko Obradovic, campeón de Euroliga en 1995 pero cuestionado en Liga, y asumía el reto de devolver la estabilidad a un banquillo demasiado inestable desde finales de los ochenta. El club se encontraba en una etapa sin rumbo claro, con escasos títulos y fichajes que no terminaban de cuajar.
La Liga de Djordjevic y el sueño del 2000
El debut de Scariolo fue inmejorable: en su primera temporada llevó al Real Madrid a conquistar la Liga ACB, en una final inolvidable contra el Barça culminada con victoria en el Palau (73-82). Aquella noche dejó una imagen icónica: Sasha Djordjevic, exazulgrana, celebrando el título ante su antigua afición. El base serbio, llegado a mitad de curso para tapar el fiasco de Keith Jennings, fue decisivo. Pero también brillaron Alberto Angulo (19 puntos) y Brent Scott (27 de valoración).
Ese título, el primero del Madrid en Liga desde 1994, parecía marcar el inicio de una nueva era. Pero en realidad fue un oasis en medio del desierto.
Del crédito al desgaste
Las dos siguientes temporadas se desarrollaron bajo una creciente presión. El aumento del presupuesto trajo fichajes como Erik Meek, Jiri Zidek o Marko Milic, pero los resultados no acompañaron. En 2001, el Real Madrid volvió a toparse con un fenómeno imparable: Pau Gasol. El joven talento del Barça privó al equipo blanco del título en Liga y Copa, y dio el salto a la NBA dejando una sensación de impotencia.
El curso 2001-02 fue aún peor. Raúl López, llamado a ser el timón del equipo, se lesionó de gravedad. Scariolo no logró encontrar soluciones. Ni Jean-Marc Jaumin ni Stefano Attruia dieron el nivel. Tampoco lo hizo Dragan Tarlac, uno de los fichajes más decepcionantes de la historia reciente del club. La temporada terminó sin títulos y con el Madrid eliminado en cuartos en todas las competiciones.
Una salida dolorosa
En el verano de 2002, tras una temporada nefasta y sin margen para errores, el club decidió prescindir de Scariolo. Pero la salida no fue sencilla. El italiano tenía contrato hasta 2004, ocupaba un rol de peso en la estructura deportiva y había apostado fuerte por decisiones controvertidas, como la planificación del fichaje de Carlos Delfino, que implicaba la salida de una de las grandes referencias: Alberto Herreros o Alberto Angulo.
Scariolo eligió al segundo, y aunque el club dio marcha atrás tras su despido, el daño ya estaba hecho. Herreros hablaría más tarde de formas «dolorosas» en la gestión del asunto. Scariolo, por su parte, denunció presiones políticas internas y habló de la existencia de un “centro de poder” que había forzado su marcha.
La elección de su sustituto, Javier Imbroda, cerró el círculo: igual que ahora Scariolo puede ocupar el banquillo que deja Chus Mateo con opciones de ser seleccionador, en 2002 fue Imbroda quien dejó la Selección para dirigir al Real Madrid. La historia se repite, aunque en un contexto muy distinto.
Más de dos décadas después
Desde entonces, tanto el Real Madrid como Scariolo han vivido etapas brillantes. El técnico italiano llevó al Unicaja a una era dorada y consolidó su legado como uno de los grandes entrenadores de selecciones con España. Por su parte, el club blanco encontró estabilidad y gloria con Pablo Laso, y ha seguido ganando títulos con Chus Mateo.
Ahora, en 2025, Scariolo vuelve a un club muy distinto. La exigencia es máxima, y la comparación con el pasado inmediato es constante: Euroligas, Ligas, Copas, Final Four… El Madrid pelea por todo cada temporada, y el italiano lo sabe. Su reto será relanzar un nuevo ciclo, mantener el nivel competitivo y resolver los desafíos que truncaron la última temporada.
Segunda oportunidad
Para Scariolo, esta segunda etapa no solo es una nueva oportunidad profesional, sino también una ocasión de cerrar viejas heridas. Su primera aventura blanca comenzó con un éxito inolvidable y acabó marcada por la polémica. Hoy, ambas partes vuelven a encontrarse con más experiencia, más títulos… y las ideas mucho más claras.
Madrid y Scariolo vuelven a caminar juntos. La historia, esta vez, aún está por escribirse.