Sávio, la historia que pudo ser y no fue

Sávio, la historia que pudo ser y no fue

Mucho se habla en estos días del Flamengo y el Real Madrid debido a la puja que existe por Lucas Paquetá, la nueva joya del Fla. Pero ya estos clubes tienen algo de historia, más precisamente hacia inicios de la década de los 90. Corría el año 1992, Brasil, como casi siempre, poseía una cantidad envidiable de futbolistas sobresalientes. No en vano ganó la Copa del Mundo dos años más tarde. Pero eso es harina de otro costal. Lo cierto es que en esa temporada hizo su debut Sávio Bortolini con el conjunto del Flamengo.

El comienzo

Para ese entonces, fueron solo tres partidos los que pudo disfrutar dentro del terreno de juego y, tras un par de goles, ya daba muestras de lo que vendría años más tarde. En 1993 tuvo algo más de continuidad, pero no por mucho. Jugó ocho compromisos y anotó la misma cantidad de goles.

La consolidación

La campaña siguiente puede catalogarse como redonda para Sávio. Llegó a disputar 60 partidos con el Rubro-Negro y marcó 16 goles. Ya en 1995 comenzó a salirse un poco más y empezó a llamar la atención de algunos grandes clubes en Europa: 70 duelos y 24 goles. Esta proyección no pararía del todo; luego disputó 41 compromisos y marcó en 17 oportunidades. Pero Bortolini sabía que aún podía hacerlo incluso mejor y en 1997 anotó 29 veces en 66 juegos.

El gran salto

Dar el salto a Europa, cuando vienes desde cualquier otro continente, siempre es difícil. Ahora imagina dar el salto a Europa y recalar directamente en el Real Madrid. No ha de ser algo sencillo. Probablemente sean más los que han decepcionado que los que han triunfado.

Foto: Defensa Central

Puede decirse que Sávio vivió tramos bastante agridulces vistiendo el uniforme merengue. El comienzo fue sumamente complicado debido a las numerosas lesiones que comenzaron a aquejarle y que lo acompañaron a lo largo de su estadía en el Bernabéu. A pesar de esto, logró alzar nada más y nada menos que tres Copas de Europa con el club: la Séptima, la Octava y la Novena.

Hablar de sus estadísticas quizá sea un poco injusto. La afición le quiso a pesar de su constante irregularidad física por el tema de las lesiones. Aunque, más allá de estos constantes problemas físicos, tampoco logró convencer del todo a los directores que ocuparon el banquillo del Madrid por aquellos años. La campaña en la que tuvo mayor participación fue en la de 1998-1999, cuando disputó 34 partidos y anotó 6 goles. Sin embargo, cabe mencionar que ocupaba un rol más tirado hacia la banda izquierda por la presencia de Raúl en el centro del área como el delantero centro referencia del equipo, lo que puede explicar la reducción que sufrió la cifra de anotaciones del brasilero.

Foto: Christophe Simon / AFP

Préstamo y despedida

Sávio, para la 2002-2003, fue cedido al Girondins de Burdeos, club para el cual disputó 27 compromisos y anotó 7 goles, más que en cualquier otra temporada con el club merengue. Regresaría a la Casa Blanca pero solo para poner rumbo hacia Zaragoza.

Con los maños vivió su mejor temporada goleadora en Europa: 10 goles en 36 partidos. Sin embargo, más allá de los simples números, se debe ver la foto completa: lograron el asceno a Primera, ganaron la Copa y la Supercopa de España. Pero en 2006 tuvo que romper el vínculo con el club para volver a Brasil por motivos personales.

El hijo pródigo

Ese año, Bortolini volvió a casa y lo hizo para vestir los mismos colores que había dejado años atrás cuando emprendió su aventura hacia Madrid. En el Flamengo lo recibieron de brazos abiertos, pero solo disputó 10 partidos sin poder anotar. Su regreso a España era cuestión de tiempo y se fue al País Vasco, para vestirse de blanquiazul y defender los colores de la Real Sociedad.

El declive

Sávio estuvo apenas unos meses en San Sebastián, a la Real no le iba nada bien, a tal punto que perdió la categoría a final de la temporada y el brasilero terminó recalando en el Levante. Tampoco duró mucho en la Comunidad Valenciana. Solo unos meses y la aventura española había terminado para el que alguna vez fue uno de los arietes más prometedores del fútbol brasilero.

Volvió a casa una vez más, luego regresó a Europa para jugar en Chipre y se retiró en 2010, jugando para un club brasilero llamado Avaí. En su última temporada anotó cuatro goles en 31 partidos.

A pesar de su intermitencia y de las lesiones, Bortolini se retiró con un palmarés sumamente importante. En total, alzó una Liga brasileña, un Campeonato Carioca, una Liga española, dos Supercopas de España, una Supercopa de Europa, una Intercontinental, tres Copas de Europa y una Copa del Rey, como los títulos de mayor renombre. También logró el bronce olímpico en los JJ. OO. de Atlanta 1996. Es la historia del delantero que pudo ser y no fue, lastimosamente.

Texto: Simón Antonio do Couto

Foto: Torcedores

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