Ronaldo y sus hazañas más fenomenales en el Real Madrid
Describir una situación como fenomenal suele ocurrir cuando lo ocurrido supera prácticamente cualquier expectativa que se tenía al respecto. Pasa lo mismo cuando se cataloga a alguien como un fenómeno: si se le apoda así, es porque está haciendo cosas extraordinarias una y otra vez.
Ese es el apodo que le acompañó desde temprana edad en su carrera a Ronaldo Nazário, aquel ‘9’ que podía definir de prácticamente cualquier manera y que podía quitarse de encima a dos, a tres y a cuatro rivales sin mayor dificultad para lograr enviar el esférico al fondo de las redes. «El fenómeno», ese brasilero que irrumpió en la liga local con el Cruzeiro anotando más goles que partidos disputados.
Esos primeros grandes años le llevaron a Europa, en donde triunfó en el PSV Eindhoven, en el Barcelona y en el Inter de Milán, quizá su estadía más recordada por la mayoría. Aunque también, como casi siempre ocurre con los mejores, vistió la camiseta del Real Madrid luego del Mundial de Corea y Japón 2002, del cual resultó ser el máximo goleador con ocho anotaciones.
Veni, vidi, vici…
Ronaldo no tardó en demostrar de qué estaba hecho. En octubre de 2002 debutó al sustituir a Portillo. Fue cuestión de segundos para que controlara un centro desde la izquierda y terminara rematando de volea hacia el otro palo. Ese día anotó otro tanto que le permitió tener un debut con doblete.
En su primera campaña, «O Fenómeno» fue segundo en la tabla de goleadores, con 23, solo por detrás de Roy Makaay, quién anotó 29 para el Deportivo de La Coruña. En cuanto a goles, solo la siguiente resultó ser mejor que esta: anotó 24, solo en liga, pero esta vez pudo coronarse como el ‘Pichichi’ de la competición.
En esa segunda temporada, también brilló en la Supercopa de España frente al Mallorca. Ronaldo anotó uno de los goles y, además, asistió a David Beckham en el partido de vuelta. A pesar de iniciar con muy buen pie ese curso, el club merengue no pudo conseguir mucho más esa campaña.
El teatro de su sueño
El 23 de abril de 2003 quedó registrado como una de las noches de mayor magia en la historia de la UEFA Champions League. Se disputaba el Manchester United – Real Madrid y al ariete de la Canarinha solo se le ocurrió anotar un triplete en Old Trafford. Fue reemplazado en el minuto 62 y todo el estadio le ovacionó al aplaudirlo mientras estaban de pie.
Adiós, ‘Cholo’
Otro famoso destello de Ronaldo fue ante el Atlético de Madrid, el rival citadino de mayor peso para el Real Madrid. Jugaban en el Santiago Bernabéu y, apenas a los 14 segundos, el brasilero decidió dejar regado en el piso a Simeone para luego definir con muchísima calidad ante el «Mono» Burgos, dos nombres que se mantienen en el presente colchonero, pero ahora desde el banquillo.
Ni Cañizares, ni Ayala
En Mestella, para la 04-05, Ronaldo mostró otro de sus trucos. Tras recibir un gran pase mientras se internaba en el área rival, logró deshacerse de Cañizares con el famoso «uno-dos» y, tras ver por el retrovisor que venía Ayala como un tren, simplemente hizo una pausa y el central argentino pasó de largo. «O fenómeno» solo tuvo que empujarla a puerta vacía.
Silenciando un campo nuevo
Para él no era un nuevo lugar. Temporadas atrás había jugado en el Barcelona y conocía bien el Camp Nou. En esta oportunidad, en la temporada 05-06, llegaba con una nueva indumentaria de color blanco que, probablemente, sea el más odiado por quienes visten de blaugrana. Ronaldo les dio otro motivo para seguir aborreciendo al merengue: aprovechó un pase en profundidad, ingresó al área y definió con una sutil pero efectiva vaselina sobre Victor Valdés.
Su carrera en el Madrid terminó en el invierno de la 06-07, cuando se marchó al Milan en búsqueda de recuperar su mejor versión, aunque las cosas no mejorarían ni un poco luego de su marcha. Para el club blanco marcó 104 goles en total y dejó una media de 0,60 goles por partido disputado. Terminó su carrera en el Corinthians del fútbol de Brasil.
Texto: Simon Antonio do Couto
Foto de portada: GOAL