El Rincón de AppleTree | Por fin, Laprovittola
Se ganó La Copa, y con brillantez. Con “el punto” (Campazzo) y “la i” (Tavares) rayando a un nivel espectacular, siendo los sustentos del equipo en ambos lados de la cancha. Pero La Copa pasó factura y las bajas empezaron a caer en el equipo que ha ido perdiendo piezas fundamentales cada semana: Randolph, Llull, Taylor, Mickey, Causeur (ya recuperado) y Deck. Bajas en todas las posiciones y que serían titulares en muchos equipos de Euroliga. Las rotaciones se han acortado de forma drástica y se hicieron necesarios pasos al frente de jugadores en cuestión. Ahí hemos visto a Laprovittola.
El resultado no podía ser mejor: cuatro victorias en Euroliga y dos más en ACB. Alguna de ellas especialmente destacable. La exhibición en casa del Fenerbahce, siendo el primer partido donde se acumulaban bajas, fue un golpe de autoridad de dimensiones cósmicas. No por ganar en Estambul, que este año se ha devaluado, sino por la forma en la que se hizo. Casi 30 puntos de ventaja y poniendo a prueba la tensión arterial de Zeljko Obradovic. Carroll siendo Carroll, juego coral y despliegue defensivo de Garuba con unos highlights en forma de dos chapas a Kalinic que dieron la vuelta a Twitter.
Y es en este partido donde empezó a mostrar lo que se esperaba de él un jugador que parecía no ve la luz en su túnel particular: Nicolás Laprovittola. El argentino venía como único fichaje en este verano con el título de MVP de la ACB y muchas dudas sobre su adaptación al equipo. No han sido pocas las oportunidades que ha ido teniendo durante lo que llevamos de temporada. El resultado hasta ahora era una sensación de laberinto involutivo en su juego que provocaba el run run en la grada y los rugidos en Twitter. No estaba rindiendo bien. Ya fueran sus pérdidas, porcentajes de tiro o la sensación de que el equipo no carburaba con él en pista. Especialmente sangrante fue el último partido de Euroliga en Berlin. En el partido de los parciales locos, tuvo el honor de participar en la debacle del Madrid en el segundo cuarto (35-9 de parcial). No volvería a cancha en lo que parecía ser su condena al calabozo del banco, con grilletes y ratones de compañeros.
Este castigo pareció prolongarse durante la copa. Campeón, al fin y al cabo, pero con una participación mínima por parte del trotamundos argentino. Menos de 5 minutos en el total de la competición. Muchos le augurábamos un futuro de banco y señor mío para lo que restara de temporada. Pero hete aquí que se lesionó (de nuevo) Llull y tocaba jugar en casa del Fenerbahce. Las perspectivas no eran las mejores y se barruntaba tormenta ante semejante desafío. Estambul iba a ser el clavo definitivo en su ataúd deportivo.
Y el deporte (y este equipo) nos volvió a abofetear en la cara cual Batman a Robin en ese famoso, cíclico y camaleónico meme que sirve para cualquier propósito. “Con Lapro de segundo base contra Fener, nos cae un saco” ZAS! Basta con buscar tuits previos al partido para encontrar los más pesimistas vaticinios. Y Nicolás hizo un partido muy decente. Dando relevo a Facu, aportando en dirección y sin bajar el nivel cuando le tocaba. Y no acabó aquí. Sus números (en minutos y rendimiento) ha ido subiendo desde entonces incluso superando las prestaciones de un Campazzo que no puede estar siempre al 120%. La mejora de Laprovittola tras “su parón” copero es notable. En menos de un mes ha aumentado sensiblemente su media anotadora y de asistencias (doblado en la Euroliga) aprovechado su aumento de minutos en la rotación. Fuera de los datos numéricos, la sensación de confianza que transmite es mucho mayor. El equipo es otro. Quedan cosas que mejorar (esas pérdidas absurdas en Milan) pero este Lapro es más parecido a lo que se esperaba de él en un equipo como el Real Madrid y su compleja adaptación al puesto de base.
No sé qué ha hecho Laso con él. Alguna cosa se ve, como acompañar (ahora con lo que tiene) al base argentino en cancha con mimbres para tapar sus carencias y no tirar por los suelos la confianza que va ganando. No sabemos qué se habla en el vestuario blanco ni en cada entrenamiento. Pero la labor de “coco” que habrán trabajado con él desde el fatídico partido en Alemania bien podría versionar la famosa canción de Serrat:
“Que has jugado ya en mil pueblos
Desde Berlin a Estambul
Para que repartas “a ful”
canastas a tus compañeros”
No podemos adivinar cómo continuará el bueno de Nico, pero son ya seis partidos de muestra para empezar a pensar que ha llegado su momento. Y justo cuando más necesario se hacía. Yo ya no sé cómo lo hacen Laso y su equipo, pero esto de jugar en el alambre durante unos cuantos meses y llegar al sanos al completo a Mayo parece hasta planificado.