Real Madrid y Bayern, en la búsqueda de la excelencia europea
GABRIEL BOUYS / AFP via Getty Images
La Champions League volverá a presenciar una eliminatoria entre dos equipos que son sinónimo de historia en el fútbol. Real Madrid y Bayern de Múnich se enfrentan para conseguir una nueva corona europea
El fútbol trasciende las líneas del deporte y del juego. Es un lenguaje universal que sobrepasa barreras geográficas y culturales, conectando a personas de todos los rincones del planeta. En el corazón de este deporte, encontramos a equipos legendarios que encarnan la esencia misma del fútbol, aquí yacen Real Madrid y Bayern de Múnich.
Dos nombres que resuenan en los estadios más emblemáticos, dos instituciones que han moldeado la historia del deporte rey y que, con cada partido, escriben un nuevo capítulo en el legado del fútbol europeo. No es hasta la temporada 1975-76, en la que un cruce en semifinales de Copa de Europa que se enfrentan por primera vez alemanes y españoles.
31 de marzo de 1976
La fecha del primer partido que marcaba la trayectoria del futuro del fútbol en Europa. El Bayern de Múnich visitaba Chamartín bajo los mandos del técnico alemán Dettmar Cramer y con muchos de los mejores jugadores del mundo por la época, cuya máxima figura era Gerd Müller.
El futbolista alemán fue el artífice del pase del conjunto de Baviera a la final de la máxima competición europea. Un gol en Madrid que aseguró el empate para la vuelta, lo terminó culminando con un doblete en el Olímpico de Múnich. Finalmente con otros nombres como Rummenige o Beckenbauer lograron levantar su tercera Copa de Europa consecutiva.
Trofeo Santiago Bernabéu y finales de siglo XX
Millones de espectadores presenciaron dos partidos entre el mejor equipo del momento y el mejor de la historia. Pasaron las temporadas y vikingos y bávaros no jugaron ningún partido oficial en la conquista por Europa. La solución para volver a darle al aficionado uno de los duelos de máximo nivel futbolístico fue la invitación de los alemanes al Trofeo Santiago Bernabéu hasta en tres ocasiones en la década de los 80.
Con dos trofeos locales para Stern des Südens y tan solo una para la casa blanca, estos partidos de pretemporada servirían de punto de inflexión antes de dar nombre a la leyenda de los clásicos Real Madrid – Bayern.
Después de una pausa de once años, el destino quiso unir los caminos del Real Madrid y el Bayern Munich en las etapas finales de la competición más prestigiosa del fútbol europeo. Esta vez la generación de Gordillo, Hugo Sánchez o Butragueño se la jugaban ante la todopoderosa plantilla de Jupp Heynckes. En la temporada 1986-1987, volvieron a encontrarse en las semifinales de la Copa de Europa. En esta ocasión, el Bayern Munich dominó el primer enfrentamiento con un contundente 4-1 sobre el Real Madrid. Sin embargo, en el partido de vuelta, el equipo español logró imponerse por la mínima diferencia, con un resultado final de 1-0 a su favor.
La historia se repitió en la temporada siguiente, 1987-1988, pero esta vez en los cuartos de final. El Bayern Munich nuevamente tomó la delantera al vencer al Real Madrid por 3-2 en el primer encuentro. Pero sabiendo que era una oportunidad única para destronar al Bayern, los blancos no se dieron por vencidos. Lograron revertir la situación en el partido de vuelta, imponiéndose con los goles de Jankovic y Michel, 2-0 sobre el Bayern y sello para estar en los cuatro mejores equipos de Europa.
La década de los 2000
En esta década marcada por la intensidad y la rivalidad inquebrantable, el Real Madrid y el Bayern Munich continuaron su danza en el escenario europeo. A principios de siglo el aficionado futbolero tuvo la suerte de ver año tras año, lo que era probablemente el mejor partido del mundo, entre dos equipos que se dejaban la piel por aumentar su palmarés internacional.
El primer cruce fue en la temporada 1999-2000, durante la segunda fase de grupos del antiguo formato de la Copa de Europa. Las cosas no empezaron nada bien para el Real Madrid. El Bayern Múnich se impuso con autoridad en el primer encuentro, con un contundente 2-4 en el Santiago Bernabéu. A pesar de que los blancos no se rindieron y buscaron la revancha en el segundo duelo, el Bayern prevaleció con un rotundo 4-1.
No obstante los de Vicente del Bosque pudieron pasar como segundos clasificados a los cuartos de final. Una nueva oportunidad brindaba a la casa blanca emerger victorioso al en su duelo personal contra el Bayern. Un global de 3-2 a favor de los merengues con una actuación memorable de Nicolás Anelka abrió el camino de la octava copa europea que se iba a Chamartín.
El año siguiente los papeles se iban a cambiar entre estos gigantes. En un enfrentamiento de alta tensión, el Bayern Múnich logró imponerse al Real Madrid con un ajustado 0-1 en el primer partido, seguido de una victoria por 2-1 en el segundo encuentro. Aseguraban así su pase a la siguiente fase del torneo y una nueva Champions League para la afición bávara.
Españoles y alemanes demostraron en los primeros compases de siglo que eran los dos mejores equipos del mundo. Cada año que se disputaba la máxima competición continental cualquier fanático del fútbol deseaba una nueva eliminatoria, que se daría por tercer año consecutivo.
En la temporada 2001-2002, durante los cuartos de final de la Copa de Europa, los blancos demostraron su hegemonía al remontar la eliminatoria en la vuelta con goles de Helguera y Guti, un mes más tarde Zizou se vistió de protagonista en la final y mandó una volea a la red que será recordada en la eternidad del deporte.
Hasta dos veces más se cruzaron en esta década Madrid y Bayern. Una eliminatoria a favor de vikingos (2004) y otra para Die Roten (2007). Estas eliminatorias pasaron a segundo plano ya que otros clubes como Milán, Liverpool o Barcelona recogieron el testigo de rivales a batir en la Copa de Europa.
Toda conquista comienza con una gran pérdida
Desde 2004 el Real Madrid no se colocaba entre los ocho mejores equipos del continente. El conjunto liderado por Ramón Calderón en aquel momento necesitaba, sin duda, un cambio en su mentalidad. Las elecciones llegaron a la casa blanca y Florentino Pérez prometía la vuelta del campeón de Europa a la capital española.
José Mourinho fue el encargado de romper la maldición de los octavos la segunda temporada del cargo de Florentino Pérez en el que cayeron eliminados frente al FC Barcelona . La siguiente campaña, en semis de nuevo se emparejaban a un temible equipo de Múnich que había perdido la final dos años atrás. Y cómo suele decir el refrán “Las mayores victorias surgen de las peores derrotas”, y eso fue lo que tuvo que experimentar el madridismo.
Los merengues se encontraban a dos partidos de la gloria europea. El gran duelo entre Franck Ribery o Robben contra Cristiano y compañía, llevaron las eliminatorias a un 3-3 global y una tanda de penaltis en Chamartín. La presión pudo con los jugadores de Mourinho y el famoso penalti de Ramos a las nubes, fue necesario pero doloroso en el corazón de todos los madridistas.
Un punto de inflexión en la vuelta de las noches mágicas europeas. Pasaron dos años hasta que el Madrid pudo sentenciar su revancha. Un Ronaldo con sed de sangre firmó una de las actuaciones más memorables de la historia de la Champions. Con un 1-0 a favor en la ida, el Real Madrid sentenció a muerte al Bayern con un glorioso 0-4 en el Allianz Arena.
El destino concedió a Ramos la oportunidad de saldar su deuda moral, y coronar con un cabezazo en la final la que sería la ansiada décima Copa de Europa. El resto es historia.
La superioridad blanca en los siguientes enfrentamientos ha sido notable. El equipo de la capital mandó a casa a los de Múnich en los cuartos de la temporada 2016-17 y en las semifinales del año siguiente. Por casualidades de la vida, las tres últimas veces que los madridistas destronaron a los gigantes de Baviera han terminado llevándose el trofeo a casa.
Con un total de 26 partidos con 12 victorias del Madrid, 3 empates y 11 triunfos del Bayern. Y unas eliminatorias en las que en siete ocasiones han pasado los merengues y cinco los alemanes, le otorga el papel y boli a una nueva cita para la historia. Es un duelo de máximo nivel en el que los 22 jugadores deberán dejarse hasta la última gota de sudor en el campo para demostrar quién es “El Rey de Europa”.