Real Madrid 73 – 61 Olimpiacos: la final de Arlauckas y Sabonis, por @AbrahamR_82

28 julio 2017 - 05:11
Real Madrid 73 – 61 Olimpiacos: la final de Arlauckas y Sabonis, por @AbrahamR_82

Cuando hablamos del año 1995 no solo hablamos del año en que se estrenó una obra maestra como Braveheart, en el que la música vio la separación de uno de los grupos referentes de esos últimos años como Dire Straits, o en el que nos dejaron artistas de la talla de Lola Flores y Ginger Rogers. Ese año 1995 a los aficionados y seguidores del Real Madrid de baloncesto nos lleva de manera inmediata al día 13 de Abril, a ese Jueves Santo en el que el Real Madrid volvía a tocar el cielo con las manos proclamándose campeón de Europa 15 años después. Era el justo y merecido premio para un equipo que no cesó en su empeño por conseguir el cetro europeo y la alegría más que merecida para una afición que en esa década de los 90 solo había vivido desgracias y decepciones.

Después de ver cómo el Limoges les apeaba en semifinales en la Final Four de Atenas de 1993 y ver cómo en la temporada siguiente era el Joventut de Badalona el que les eliminaba en los cuartos de final, el Real Madrid no quería dejar escapar otra oportunidad más para proclamarse campeón de Europa. Una Euroliga que además tenía el aliciente de que la Final Four se disputaría en Zaragoza. Para ello el siempre recordado Mariano Jaquotot consiguió hacerse con los servicios del que en ese momento era el entrenador de moda en Europa y uno de los más cotizados; Zeljko Obradovic. Un Obradovic que había conseguido dos de las últimas tres Euroligas con el Partizan de Belgrado y con el Joventut de Badalona, y que llegaba al Real Madrid sustituyendo a un Clifford Luyk que en la temporada anterior había llevado al equipo a ser campeón de liga. El objetivo para esa temporada era claro: ser campeón de Europa.

El Real Madrid no se anduvo con rodeos y fue con el cuchillo entre los dientes desde el primer momento. Después de quedar segundo en un grupo en el que tuvo como rivales a Panathinaikos, CSKA Moscu, Scavolini, Maccabi Tel-Aviv, PAOK de Salónica, Union Olimpija, y Benfica, en cuartos se vería las caras con un viejo conocido en la década anterior; la Cibona de Zagreb. Una Cibona que había quedado tercera de su grupo por detrás de Limoges y Olympiacos y por delante de Virtus de Bolonia, Barcelona, Efes Pilsen, Bayer Leverkusen, y un Joventut de Badalona que era el actual campeón. Pese a que la Cibona no tenía el potencial de 10 años antes contaba con un elenco de muy buenos jugadores como Gregov, Mrsic, o Alanovic entre otros.

El Real Madrid no quiso especular y finiquitó la serie por 2-0 ganando el primer partido por 78-82 en el Pabellón Drazen Petrovic de la ciudad croata en lo que fue una exhibición de Arlauckas y Sabonis que anotaron 54 de esos 82 puntos entre ambos, y por 82-70 el segundo disputado en el Palacio de Deportes de la comunidad de Madrid en otra exhibición de los pívots madridistas con 51 puntos entre ambos. El Real Madrid se había clasificado para su segunda Final Four en tres años.

El destino quiso que los blancos se enfrentaran de nuevo al Limoges en semifinales de esa Final Four. El Real Madrid tenía muchas ganas de revancha después de lo ocurrido dos años antes en Atenas. Estas semifinales se presagiaban como algo completamente diferente a las de hace dos años, y así fue como ocurrió. Un gran Arvydas Sabonis autor de 21 puntos y una sensacional defensa de Ismael Santos sobre Michael Young, estrella del equipo galo, daban al Real Madrid la victoria por 62-49 y les clasificaban para jugar la final contra un Olympiacos que había eliminado a su eterno rival, el Panathinaikos, por 58-52 en un partido muy reñido que fue una exhibición anotadora de Eddie Johnson, autor de 27 puntos además de capturar 7 rebotes. Un Olympiacos que llegaba a esta Final Four con una plantilla en donde había jugadores de mucho renombre como Fassoulas, Volkov, o el propio Eddie Johnson.

El Real Madrid estaba muy concienciado de que esa final no se le podía escapar y que tenían que salir a por todas para ganarla. Para ello Zeljko Obradovic sacó como quinteto inicial el mismo quinteto que puso en liza contra el Limoges en semifinales y que tan buen resultado le dio. Un cinco inicial formado por Antúnez, Santos, García Coll, Arlauckas, y Sabonis. Mientras que por el lado griego Yannis Ioannidis saldría de inicio con Tomic, Sigalas, Eddie Johnson, Volkov, y Fassoulas. Se presentaba una final en el que el duelo en la pintura entre Arlauckas y Sabonis contra Volkov y Fassoulas se preveía clave en el devenir de la final además de apasionante.

La final comienza con un Real Madrid arrollador, un Real Madrid poniendo tierra de por medio desde el salto inicial. Ya a los 5 minutos de partido el conjunto blanco dominaba el choque por 12-4. Los hombres de Obradovic estaban superando con mucha facilidad la defensa individual planteada por Ioannidis, especialmente un Sabonis que estaba haciendo estragos en ambas zonas siendo muy superior a Fassoulas. Además a eso se le unió la grandísima defensa que estaba realizando Ismael Santos sobre Eddie Johnson.

El entrenador griego viendo que su equipo estaba siendo arrollado movió ficha rápidamente metiendo en pista a Bakatsias y Tarlac. Esto hizo espabilar a los hombres de El Pireo ya que su defensa empezó a ser más agresiva sobre los blancos y en ataque consiguieron rebajar la desventaja hasta los 4 puntos. Pero esos buenos minutos griegos fueron un espejismo ya que un Eddie Johnson -un millón y medio de dólares fue su ficha esa temporada- que se estaba sintiendo impotente ante la defensa a la que le estaba sometiendo Ismael Santos cometió una falta anti-deportiva muy infantil sobre el propio Santos que le costó a su equipo 4 puntos. Esto volvió a disparar al Real Madrid para coger 12 puntos de ventaja (20-8) gracias a un Sabonis sublime que aparte de anotar estaba reboteando y haciendo jugar a sus compañeros, siendo el claro protagonista del encuentro hasta ese momento.

Con un porcentaje muy pobre en el tiro (4/17) el equipo griego en lo único en lo que estaba siendo superior al Real Madrid era en el rebote, donde el conjunto blanco tenía serios problemas a la hora de cerrarlo. Precisamente gracias a dos rebotes ofensivos Sigalas y Tarlac anotaban en sendas jugadas acercando al equipo griego a 8 puntos (23-15) lo que obligó a Zeljko Obradovic a solicitar tiempo muerto para que su equipo no cayese en la relajación. Un tiempo que vino muy bien al Real Madrid y especialmente a un Joe Arlauckas que hasta ese momento llevaba 1/8 en tiros. El jugador norteamericano anotó 4 puntos consecutivos para su equipo que mantenían la diferencia de 7 puntos a favor del Real Madrid a falta de 4:30 para el descanso (27-20). Un Real Madrid que había mejorado la defensa y estaba siendo más agresivo en el rebote.

A 2:50 para el descanso vino un contratiempo para Obradovic ya que un Arvydas Sabonis auténticamente colosal y que estaba resultando imparable para el conjunto heleno cometía su tercera falta personal lo que le obligaba a irse al banquillo siendo sustituido por Antonio Martín. A pesar de la ausencia en ese tiempo de su jugador referencia los hombres de Obradovic consiguieron mantener la diferencia entre los 9-11 puntos para marcharse al descanso con ventaja por 38-28.

Un Antonio Martín que entró de inicio en la segunda parte debido a las 3 faltas personales de Sabonis fue quien consiguió la primera canasta de ese segundo periodo. El pívot madrileño estaba jugando unos minutos muy valiosos supliendo de maravilla al número 11 madridista. 6 puntos suyos y 4 de un Arlauckas que había empezado muy enchufado esta segunda parte mantenían las diferencias de 10-12 puntos a favor de un Real Madrid que no estaba echando de menos la ausencia del príncipe lituano.

Olympiacos seguía sin encontrar la tecla. Su ataque estaba siendo muy muy espeso y Eddie Johnson estaba desaparecido en combate gracias a la fantástica defensa de Ismael Santos, Volkov aparecía muy esporádicamente, y Fassoulas estaba siendo un juguete en manos de los pívots madridistas.

En el minuto 7 de la segunda parte, y con 48-38 para el equipo blanco, Obradovic viendo que los últimos ataques del Real Madrid habían sido muy embarullados volvió a meter en pista a un Sabonis que duró en pista un visto y no visto ya que cometió su cuarta falta personal que le obligó a ser sustituido nuevamente.

Olympiacos seguía con una defensa individual muy agobiante sobre un Real Madrid que estaba teniendo problemas para atacarla -4 puntos en 6 minutos-. Pero en ataque los griegos estaban completamente espesos e impotentes apareciendo solo en muy contadas ocasiones, y casi siempre de la mano de un Nakic que estaba realizando unos buenos minutos en esta segunda parte. Todo lo contrario que un Eddie Johnson que estaba realizando un partido horroroso y que a falta de 5 minutos para el final llevaba una serie de 2/12 en tiros de campo.

Viendo que el ataque madridista seguía atascado Obradovic devolvió a la pista a Sabonis y a Antúnez. El príncipe lituano, como era de esperar, se hizo notar en el ataque madridista y gracias a 4 puntos suyos y 2 de un Arlauckas mucho más enchufado que en la primera mitad el Real Madrid volvía a coger 11 puntos de ventaja a falta de 4 minutos para el final (58-47) ante un equipo griego que seguía con una impotencia descomunal en ataque, y con jugadores como Fassoulas o Eddie Johnson que estaban restando más que sumando.

Con la parroquia blanca cantando el “Campeones, Campeones” a falta de minuto y medio para el final tras un mate marca de la casa de Arlauckas después de una maravillosa asistencia de Sabonis el Real Madrid tenían en el bolsillo un título al que Pep Cargol puso la guinda con un mate como canasta final para poner el 73-61 con el que terminó el partido. El Real Madrid había terminado con una sequía de 15 años sin ser campeón de Europa. Un Real Madrid que aprendió la durísima lección a la que le sometió el Limoges en la Final Four de 1993 con un juego de alambradas y trincheras y liderados por un Arvydas Sabonis imperial, que demostró por qué era el mejor pívot europeo en ese momento, volvía a reinar en Europa 15 años después.

Esta Euroliga consagraba aún más la figura de un Zeljko Obradovic que conseguía su tercera Euroliga en 4 años. Tres Euroligas con 3 equipos diferentes que hacían que el entrenador serbio empezase a demostrar lo que hoy en día es una realidad: Que es uno de los mejores entrenadores europeos de la historia. Los Sabonis, Arlauckas, Santos, Cargol, Antúnez, etc. tomaban el testigo de los Corbalán, Brabender, Walter Szcerbiak o Rafa Rullán. Y Zeljko Obradovic hacía lo propio con Lolo Sainz.

Este título también merece que nombremos y recordemos la figura de Mariano Jaquotot. El responsable de diseñar este equipazo que tantas alegrías dio a los seguidores blancos y que desgraciadamente no pudo verlo levantar el máximo trofeo continental, que era lo que más había deseado, al fallecer un 15 de Agosto de 1994 víctima de un cáncer.

Con este título el Real Madrid ponía la guinda a tres temporadas en las que fue el claro dominador en España, pero que no tuvo la misma suerte en la máxima competición europea y que le devolvían al lugar que nunca debió abandonar.

REAL MADRID 73: Jose Miguel Antúnez (12), Ismael Santos (7), Javier García Coll (2), Joe Arlauckas (16), Arvydas Sabonis (23) -cinco inicial- Pep Cargol (6), Antonio Martín (6), José Lasa (1), Chechu Biriukov (-), Martín Ferrer (-).

OLYMPIACOS 61: Milan Tomic (3), Giorgos Sigalas (10), Eddie Johnson (9), Aleksandr Volkov (13), Panagiotis Fassoulas (2) -cinco inicial- Dragan Tarlac (7), Efthimis Bakatsias (2), Franko Nakic (15), Argiris Kambouris (-), Giorgos Stamatis (-).

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