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Los de Xabi Alonso visitan Atenas en la jornada cinco de UEFA Champions League en busca de un poco de paz tras la enorme tormenta generada por los últimos resultados
El Real Madrid encara una noche de máxima exigencia en El Pireo. Tras tres partidos consecutivos sin conocer la victoria, el conjunto de Xabi Alonso llega presionado, mirando de reojo al marcador y con la necesidad imperiosa de cambiar la dinámica cuanto antes. La tensión es palpable: el equipo no encuentra continuidad en su juego, las bajas se acumulan y la Champions no concede segundas oportunidades. La situación es tan delicada como definitiva.
Enfrente estará un Olympiacos en pleno estado de euforia. El campeón griego acumula cinco victorias y un empate en sus últimos seis encuentros, mostrando solidez competitiva y un punto de confianza que puede elevarse todavía más arropado por un ambiente que promete ser infernal. Ambos lideran sus competiciones domésticas, pero el presente europeo habla de inercias opuestas: los griegos quieren la hazaña, el Real Madrid evitar un golpe que pueda dejar heridas profundas.
Si hay un territorio donde la camiseta blanca pierde brillo, ese es Grecia. El Real Madrid nunca ha logrado una victoria allí, y El Pireo ha sido el escenario de algunas de sus noches más ásperas en Europa. En cuatro visitas oficiales a territorio del Olympiacos, el botín es escaso: tres empates y una derrota. Barro, pelea y poco fútbol.

El balance histórico tampoco ofrece una superioridad contundente: el Madrid ha ganado cuatro partidos, los griegos uno y los otros tres terminaron en tablas. La última vez que se vieron las caras fue en 2007, pero la esencia se mantiene intacta: el Olympiacos convierte su estadio en un fortín inexpugnable donde las potencias europeas se sienten pequeñas. Para el Real Madrid, ganar en Atenas es una frontera aún por cruzar. Una más que añadir al clima de urgencia que envuelve el duelo.
La lista de ausencias vuelve a condicionar los planes de Xabi Alonso. Courtois y Dean Huijsen cayeron lesionados ante el Elche y se suman a un grupo que ya incluía a Carvajal, Militão, Alaba, Rüdiger y Mastantuono. El Madrid viaja con lo justo atrás, confiando en la polivalencia y en la resistencia como soluciones inevitables. Es un rompecabezas defensivo en el peor momento posible.
El Olympiacos también afronta el partido con bajas, pero menores en número y en impacto. Ni el delantero centro Angelakis ni el guardameta Paschalakis podrán estar, aunque el bloque que sostiene el buen momento del equipo griego se mantiene intacto. Con el estadio empujando y un rival tocado, saben que tienen una oportunidad única de morder.

Siguiendo el protocolo UEFA, Xabi Alonso se sentó en la sala de prensa en El Pireo para atender a los medios de comunicación allí presentes. Estas fueron algunas de las respuestas más destacadas:
Gestión de vestuario: «Es tan importante como la idea futbolística o como el trabajo físico y táctico. Hay que sacar lo mejor de cada jugador y que se sientan bien. Entrenar al Madrid es un proceso que tiene diferentes curvas y hay que saber tomarlas bien. Eso en el Madrid es fundamental».
Partido importante: «Después de estos últimos partidos necesitamos el sabor de la victoria. Sabemos que es un partido importante para la clasificación y queremos sumar los tres puntos. Hay que estar concentrados».
Balance de sus primeros meses en el Madrid: «Está siendo lo que esperaba, es un trabajo muy exigente con buenos y malos momentos. Y hay momentos para mostrar una reacción, justo estamos en esa situación. Estoy disfrutando de mi etapa en el Madrid con todo en el pack incluido. Es un orgullo un privilegio entrenar aquí».